--El viernes clausuró en Córdoba la II Cumbre Europea sobre la Población Gitana, un colectivo en el que muchas mujeres aún están lejos de conseguir la igualdad con los hombres. ¿Cómo se puede luchar contra la discriminación sin atentar contra una cultura propia?

--Se ha trabajado mucho en la integración del pueblo gitano y en España es mucho mayor que en el resto de la UE. El 80% de la población gitana que estudia en la universidad son mujeres y ellas pueden liderar la mejora de las condiciones del pueblo gitano. Creo que el Plan de Acción para el Desarrollo de la Población Gitana que aprobamos el viernes va a tener éxito porque se ha elaborado con la participación del colectivo gitano.

--¿Qué medidas hay en ese plan en materia de igualdad?

--Es un plan de 107 millones de euros que aborda distintos ejes como vivienda, empleo, educación... y desde luego la perspectiva de género está en cada uno de los ejes. Desde que aprobamos la Ley de Igualdad en el 2007 todas las leyes y políticas tienen informes de impacto de género. Hay que contar con la mitad de la población, las mujeres. Es de sentido común, por justicia social pero también por rentabilidad y eficiencia.

--Pero la conciliación de la vida laboral y familiar es una asignatura pendiente, muchas mujeres dejan su trabajo o pierden sus posibilidades de promoción cuando tienen un hijo.

--Es sin duda el gran tema. La Ley de Igualdad es el mejor plan para la conciliación, pero tenemos que seguir desarrollándola. Hay que entender que la conciliación no es un problema de mujeres, es un asunto de ciudadanía, de corresponsabilidad entre mujeres y hombres en el ámbito público y en el privado. La reducción de la brecha salarial y la conciliación son nuestros dos grandes objetivos en los dos próximos años de legislatura. Según todos los estudios que tenemos, las empresas que han apostado por incorporar a mujeres a los consejos de administración y adoptar medidas de conciliación tienen más beneficios. Las sociedades más productivas son las más igualitarias.

--España está dando lecciones en Europa en cuanto a la lucha contra la violencia de género, ¿qué estamos exportando?

--Sin duda, exportamos el modelo español porque Europa reconoce que es el más innovador y el que más protege a las víctimas. El pasado 8 de marzo dimos un paso muy importante al aprobar un conjunto de medidas para combatir la violencia de género a nivel europeo. Hay que romper definitivamente con la complicidad con los maltratadores. Un hombre que le levanta la mano a una mujer tiene que saber que no tiene enfrente a un ser indefenso sino a millones de personas dispuestas a plantarle cara. Y las mujeres deben saber que no están solas y que van a contar con todo el apoyo social, jurídico, sanitario, todo lo que necesitan para romper el círculo de violencia y recuperar su vida.

--Es llamativo que los países nórdicos, que tienen democracias asentadas, registren elevados porcentajes de violencia de género. ¿Cómo se explica?

--Lo que persiste tras la violencia de género son siglos de desigualdad. Modificar las leyes es difícil, pero es aún mucho más complicado cambiar mentalidades, y aquí nos toca cambiar siglos de historia. Una historia de desigualdad, de privilegios, de dominación, y eso no se cambia en pocos años. Según la ONU, si no hubiera políticas de igualdad tardaríamos unos 500 años en conseguir la igualdad real.

--A pesar de los avances normativos en España, del incremento de recursos, siguen muriendo muchas mujeres a manos de sus parejas o ex parejas, ¿qué está fallando?

--En el año 2009 fueron asesinadas 55 mujeres, veinte menos que en el 2008 (75). Siguen siendo muchas, pero hay motivos para la esperanza. En estas dos últimas semanas ha habido un repunte preocupante, ya van 18 mujeres asesinadas en el 2010. Solo dos de ellas habían puesto denuncia. Por eso insisto en que las mujeres deben denunciar, es la vía de acceso al sistema de protección, la forma de poner en marcha todos los mecanismos. Tenemos 103 juzgados de violencia de género, un sistema de teleasistencia, también los dispositivos electrónicos de detección de proximidad (las conocidas como pulseras antimaltratador), hay 3.000 dispositivos a disposición de los jueces...

--Pero no se usan...

--Creo que debería aprovecharse más este recurso, los jueces deberían aplicarlos más.

--¿Qué piensa de jueces como Francisco Serrano que hablan de denuncias falsas de mujeres y suicidios de hombres injustamente acusados?

--Ese debate está haciendo mucho daño a las mujeres maltratadas. Los datos oficiales del Consejo General del Poder Judicial, que no suelen cuestionarse, indican que las denuncias falsas son absolutamente minoritarias. Las víctimas de violencia necesitan mucho apoyo social y jurídico, no se pueden arrojar dudas sobre ellas y sobre falsedad en las denuncias cuando la realidad dice lo contrario.

--El Gobierno insta a las mujeres víctimas de violencia a denunciar a sus agresores pero, ¿no debería implicarse más la sociedad en denunciar?

--Desde luego, no se pueden oír golpes en el piso de al lado y permanecer impasible, hay que levantar el teléfono y denunciar, no podemos volver la espalda, no es un tema de pareja, nos afecta a todos.

--Los colectivos de mujeres aseguran que en la aplicación de la Ley Integral contra la Violencia de Género los mayores obstáculos se dan en el ámbito judicial, que muchas mujeres se ven acosadas ante un juez en vez de amparadas, ¿cómo se puede solucionar eso?

--Con más formación. La violencia de género es un género especial de violencia y hay que conocerla bien. Estamos avanzando mucho en formación, pero hay que seguir insistiendo.

--¿Y habría que sancionar a los jueces que hablan de denuncias falsas?

--Yo creo que los jueces a lo que se tienen que dedicar es a aplicar las leyes, no a estar cuestionándolas permanentemente.

--Y hablando de jueces, ¿qué opina del procesamiento del juez Baltasar Garzón?

---Me parece algo inédito, pero creo que hay que hacer un ejercicio de responsabilidad por parte de los estamentos judiciales y de todos los agentes que tienen algo que decir al respecto.

--La ley del aborto ha salido adelante a pesar de las críticas de algunos sectores, ¿qué aporta esta nueva normativa?

--Lo más importante de la ley es el capítulo, que suele ignorarse, de Salud Sexual y Reproductiva, todo lo que habla de prevención de embarazos no deseados, de sexualidad responsable. Porque uno de los objetivos de la ley es frenar el incremento en el número de abortos que se ha dado en la última década. Por otra parte, con la anterior ley se daba una inseguridad jurídica permanente para las mujeres y para los profesionales sanitarios, y con esta hay más seguridad y más límites. Antes se podía interrumpir el embarazo durante los nueve meses pero siempre era un tercero el que decidía y ahora tenemos una ley con la que se puede abortar durante las primeras 14 semanas pero solo con la decisión de la mujer.

--¿Es partidaria de prohibir el burka en España, como en otros países europeos?

--Creo que ese problema no lo tenemos en nuestro país, aquí tenemos otras prioridades. Por ejemplo vamos a aprobar una ley de igualdad de trato para perseguir todas las formas de discriminación por sexo, por origen racial o étnico, por orientación sexual, por religión, por discapacidad. Porque cualquier discriminación se basa en una injusticia y no podemos admitirlo en una sociedad decente.

--Otra tradición, ésta claramente salvaje, es la mutilación del clítoris. En España se está luchando contra esta práctica.

--Sí, es aberrante. Es un ejemplo de cómo una tradición no puede sustentarse si atenta contra los derechos humanos. Estamos trabajando mucho en este ámbito con las mujeres africanas. Y desde luego en España la mutilación genital es un delito y se persigue con rigor.

--Su apuesta por el lenguaje no sexista le ha deparado muchas críticas por usar palabras como "miembras". ¿No estamos preparados para ser igualitarios en el lenguaje?

--Yo creo que lo que no se nombra no existe, ya lo decía Steiner, y desde luego el lenguaje no sexista es un ámbito de trabajo pero no es lo prioritario. Hay una tendencia de hacer de lo anecdótico categoría y a invisibilizar los logros, para cuestionar las políticas de igualdad.

--¿Cuándo habrá una presidenta del Gobierno español?

--Difícilmente puede haber una persona más comprometida con la igualdad de género que José Luis Rodríguez Zapatero, así que espero que nos dure mucho tiempo porque mientras él esté ahí seguiremos avanzando hacia una sociedad con mayores cotas de igualdad y de bienestar.