La Junta de Andalucía, a través de la delegación territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, ha inspeccionado y controlado en Córdoba un total de 2.622 establecimientos de restauración entre los meses de enero a julio de 2018. El objetivo es garantizar las condiciones higiénico-sanitarias de los servicios y alimentos ofrecidos a los clientes y comprobar si tienen implantados sistemas de autocontrol eficaces para garantizar los niveles exigidos de salubridad en sus instalaciones y de los alimentos servidos.

Según ha detallado el Gobierno autonómico, esto supone que se ha inspeccionado al 54,01% de los establecimientos censados. Asimismo, se ha producido un incremento del 1,74% con respecto a esta labor de control alimentario desarrollada en el mismo periodo del año anterior. La inspección se realiza en establecimientos de restauración, como bares, cafeterías y restaurantes, en función del riesgo del establecimiento. En las visitas se hace especial hincapié en los establecimientos en los que en otras ocasiones previas se han detectado algunas deficiencias, que en la mayoría de los casos suelen tener la consideración de leves.

De los establecimientos inspeccionados, un 20,03% han presentado tras la primera visita algún tipo de deficiencia de carácter leve, que si bien no suponen riesgo para la salud pública, conlleva un seguimiento en visitas posteriores para comprobar su subsanación. Sólo el 0,57% ha presentado deficiencias de carácter más grave, que ocasionan el inicio de expedientes sancionadores y la adopción de medidas cautelares, si corresponde. Con motivo del periodo estival, la Consejería de Salud recuerda la importancia de extremar las precauciones en la manipulación de alimentos y en la elaboración de comidas, intentando cumplir una serie de recomendaciones.