Isabel Márquez llegó al barrio Guadalquivir en mayo de 1984 y fue de las primeras vecinas en ocupar, junto con su familia, las viviendas de protección oficial construidas a finales de los 70. Isabel, que desde hace tiempo es la presidenta de la Asociación de Vecinos Amargacena, recuerda que los primeros años fueron muy complicados en el barrio porque «estábamos sin autobuses, sin tiendas, sin una simple cabina para poder hablar por teléfono» y «completamente aislados», por lo que los nuevos residentes se echaron a la calle para pedir una solución.

Ahora, cuando han pasado más de tres décadas de aquello, reconoce que el cambio ha sido considerable y que la nueva zona comercial construida a principios de siglo le ha dado más vida al barrio. No obstante, la asociación reivindica más atención por parte de las administraciones públicas para que, por un lado, lleven a cabo mejoras de infraestructuras, y por otro, para que «vigilen» que cuando un vecino deje su vivienda social pueda entrar otra familia de las que están «en la lista de espera». Al menos Isabel está satisfecha después de que la Junta de Andalucía le anunciara que va a rehabilitar dos manzanas de viviendas.