-¿Qué es lo más positivo de la situación que estamos viviendo con el coronavirus?

-El sistema necesita pequeños ajustes que salvaguarden la felicidad y el bienestar de todas las personas, sin que nadie se quede fuera. A nivel organizativo, esta crisis nos está enseñando que tenemos que tener sistemas de gestión y procesos ágiles y flexibles para adaptarnos con rapidez a los cambios. También que la tecnología es muy importante para optimizar los procesos de trabajo.

-¿Qué enseñanza tenemos que extraer de lo que estamos pasando?

-Que el modelo de sociedad desarrollado puede que no sea el adecuado para afrontar las amenazas. Vivimos en una sociedad individualista en la que nos preocupamos en exceso de lo nuestro sin tener en cuenta que dependemos de los demás. La pobreza y la desigualdad en el mundo ha ido creciendo y eso es un grave error que se ha convertido en amenaza para los países más desarrollados. Debemos priorizar la vida humana y la sostenibilidad por encima del paradigma economicista. Me da pánico pensar que pueda haber tendencias orientadas a fortalecer los populismos, los nacionalismos y el proteccionismo. Es el momento de trabajar por un mundo solidario, reforzando la gobernanza global.

-¿Qué cuatro acciones concretas adoptará una vez que finalice el estado de alarma?

-Seguir haciendo todo cuanto esté en nuestro poder para resolver el reto sanitario en la organización y dotarnos de las medidas necesarias ante un posible repunte de la pandemia. Paralelamente trabajamos en la reconstrucción económica del daño causado por la crisis. Además se tomarán medidas para alcanzar nuestros objetivos con la mayor racionalidad y para acelerar la transformación económico-digital.

-¿Cómo debe contribuir la iniciativa pública y la iniciativa privada para remontar la situación?

-Es el momento de establecer las bases de un nuevo contrato social que permita alcanzar un Estado del Bienestar fuerte y sostenible al máximo nivel: nacional, europeo y mundial, en el que tanto el sector público como el privado y todos los agentes sociales tengan una implicación absoluta.