Acaso muchos cordobeses no conozcan a Lucio Junio Anneo Galión ni siquiera sepan que este hombre tuvo una calle en Córdoba a mediados del siglo pasado y que después estuvo cerrada unos 30 años. La vía en cuestión comunica la calle San Fernando (o de la Feria) con San Eulogio y es una estrecha y hermosa callejuela que ha recuperado su esplendor gracias a una iniciativa de la entidad mercantil Campocañero. Esta firma presentó un proyecto a la Gerencia de Urbanismo para realizar una edificación en esa zona y el Ayuntamiento le autorizó a cambio de que urbanizara el entorno y reabriera la calle, según han informado fuentes municipales.

Históricamente, la gran longitud de la manzana limitada por el Adarve Ambrosio de Morales-San Eulogio-Cabezas-Caldereros y la muralla romana entre las puertas de Hierro y la Pescadería llevaron a las autoridades municipales de Córdoba a abrir nuevos pasos de entrada y salida a lo que hoy conocemos como el Casco Histórico. El primero fue el Arco del Portillo, del siglo XIV, después llegarían nuevas entradas como la Cuesta de Luján y la del Bailío.

En la década de los 60 se plantea la apertura de una nueva entrada peatonal aprovechando una seria de parcelas sin urbanizar. El proyecto fue ideado entonces por José Rebollo, autor junto a Félix Hernández de buena parte de las intervenciones del Casco Histórico que hoy damos por históricas. La entrada por San Eulogio se realiza sobre la portada historicista neobarroca hacia un espacio de remanso en forma de Z, que termina llegando a la calle San Fernando.

Pero la vida de la callejuela fue muy breve, ya que en la década de los 70 el Ayuntamiento decidió cegarla ante los graves problemas de seguridad que existían en la zona. Hasta ahora, el arco que le daba acceso había permanecido oculto tras una chapa metálica, pero el proyecto del arquitecto Manuel Pedregosa Cruz para la entidad Campocañero ha permitido recuperar un rincón perdido de la ciudad.

La calle vuelve a llevar el nombre de Junio Galión, hermano mayor del filósofo Lucio Anneo Séneca y del geógrafo Marco Anneo Mella, padre del poeta Lucano. Junio Galión, que al nacer se llamó Marco Anneo Novato, fue adoptado por Lucio Junio Galión y por eso tomó su nombre (en Roma la adopción se realizaba para transmitir el patrimonio, pero los adoptados mantenían el contacto con su familia). Este hombre hizo carrera política y llegó a ser procónsul de Acaya en tiempo del emperador Claudio. Por cierto que desde ese puesto libró al apóstol San Pablo de manos de los judíos, que pretendían condenarlo.

Séneca habla de su hermano en su libro Quaestiones Naturales , en el que elogia sus grandes cualidades humanas y lo presenta como "un hombre universalmente amado". Hoy por hoy no es muy conocido, pero la pequeña calle con su nombre ha vuelto a renacer en Córdoba .