Emacsa Emacsapondrá en marcha una aplicación que permitirá identificar y geolocalizar cada una de las fuentes de la ciudad, desde las ornamentales hasta las destinadas al consumo público, para que los usuarios puedan informar a la empresa municipal de las distintas e incidencias. La empresa Be One MCP APPS, SL, con sede en Gijón, ha sido la adjudicataria del contrato de licitación para el diseño, desarrollo e implantación de una aplicación móvil sobre las fuentes públicas de Córdoba al que han concurrido diecisiete compañías.

Con este proyecto, para el que la empresa ganadora ha presentado un presupuesto cercano a los 19.000 euros, se colocarán placas identificativas en todas las fuentes de Córdoba para que el visitante pueda conocer las fuentes, tener acceso a la información de las mismas y disponer de un cauce de comunicación con Emacsa que le permita trasladar cualquier tipo de incidencia, queja, sugerencia o agradecimiento.

Fuentes de la empresa municipal señalaron que estas placas identificativas tendrán un código Bidi, similar al QR, y un número para que «cualquiera que pueda ver que hay una fuga de agua, una rotura o cualquier tipo de incidencia» pueda comunicarlo de manera automática a Emacsa. De esta forma se pretende que en 24 o 48 horas, dependiendo de la urgencia, puedan repararse los elementos que tengan desperfectos.

En este sentido desde la empresa municipal destacaron que hasta el momento «no hay ningún sistema ni ningún medio» que permita a los usuarios trasladar a la empresa municipal problemas en el funcionamiento de dichas fuentes.

Además de esto, la aplicación brindará a Emacsa la oportunidad de tener un registro de las roturas de cada una de las fuentes para que al final de año puedan localizar cuáles han tenido más incidencias.

Junto a ello la aplicación ofrecerá a los usuarios a través de ese mismo código bidi los datos sobre las fuentes históricas y artísticas de la ciudad basado en el libro Las fuentes de Córdoba que publicó en 2004 Juan Chastang Marín, el «padre» de la presa de San Rafael de Navallana, de la estación depuradora de La Golondrina, de la ampliación de la estación de Villa Azul y de las obras para mejorar la defensa del río frente a crecidas. Fue, además, jefe de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y de la propia Emacsa.