Perico Ortega y Rafael Benavente trabajan entre los fogones del grupo Cabezas Romero. Este fin de semana se disputan ser Nariz de Oro, es decir, el mejor sumiller de España. Para ello han tenido que superar unas semifinales que se celebraron en Sevilla.

--¿Cúantos vinos han tenido que oler en todo este proceso hasta llegar a la última fase?

--En el concurso se catan 100 vinos para elegir los mejores. Estos son con los que luego realizamos la prueba, explica Perico. Rafael (entre risas y en complicidad con Perico) dice que cientos.

--Este fin de semana viajan a Madrid para disputarse la final. ¿Amigos o rivales?

--Sí, vamos a ir juntos, pero yo he quedado en una posición superior a Rafael. Este, entre risas, responde que más que rivales, somos amigos, casi como hermanos.

--La prueba se hace con los ojos vendados y con una copa oscura, por lo que resulta imposible ver el vino. ¿Qué características reconocen con su sentido del olfato?

--Casi todo, desde el grado alcohólico, los aromas frutales, la armonía, la intensidad o los lácteos.

--Para poder diferenciar, tan solo con el olfato tantos aromas diferentes, ¿qué es lo que hay que hacer o utilizan alguna técnica?

--Para los dos el truco está en practicar mucho y tener buena memoria olfativa.

--Si por un casual se resfriaran, ¿qué ocurriría?

--Pues imagínate, dice Perico, yo llevo casi dos meses con alergia. Para Rafael, sería un gran problema.

--Entonces, como los futbolistas pueden cuidar sus piernas porque juegan con ellas, ¿miran ustedes por su nariz?

--Perico reflexiona y afirma que si estas acatarrado o con alergia se pierde mucho pero la memoria siempre está ahí. Rafael recuerda que es muy importante no fumar, ni beber alcohol ni comer nada que contenga picante.

--¿Cuál es el olor más desagradable que han olido?

--No me gusta nada el olor a sudor, dice Perico. Rafael no soporta el mal aliento.

--¿Y el más agradable?

--Por supuesto, aquí se acuerdan de sus mujeres. A Perico le encanta el olor del pelo de su mujer y el de las primeras gotas de lluvia. A Rafael, el olor del perfume de su señora.

--Alguno deben tener que sea su preferido. Entre todos los que les pueden llegar al olfato, ¿con cuál se quedarían?

--Perico se decanta por el aroma de una cocina y Rafael por el del azahar.

--Si tuvieran que describir a la ciudad de Córdoba con un olor, ¿cuál sería?

--Por supuesto y de forma conjunta, el azahar.

--Las nubes...¿a que huelen?

--Los dos se ríen. Perico da una respuesta tras pensárselo un momento. Si las nubes tienen agua y esta no huele, pues tampoco ellas. Rafael, más directo y filosófico dice que su olor es el de la alegría.