Un límite salarial bajo no es óbice para que un equipo acabe naufragando en Segunda y abonándose a pelear por no descender a Segunda B. Obviamente disponer de un techo de gasto y de un presupuesto elevados facilita en gran medida poder diseñar plantillas competitivas. Pero otros clubs con menos poderío económico han logrado en las últimas temporadas confeccionar grupos que a la larga han demostrado un nivel suficiente no solo para no descender, sino incluso para pelear por cotas mucho más elevadas.

Un equipo que se ha movido como pez en el agua con los problemas de un límite salarial bajo ha sido el Huesca. El conjunto aragonés se encontraba entre los cinco con menor techo de gasto permitido por la Liga en las tres últimas temporadas. En la 2015/16 los azulgrana eran los cuartos con menor límite salarial, solo 3,52 millones de euros. Sin embargo, lograron acabar en un meritorio decimosegundo puesto, a ocho puntos del descenso. Una temporada después los oscenses llegaron a 3,8 millones de euros de techo, que por la mejora económica general de la categoría de plata se tradujo en el segundo más bajo, solo por encima de otro modesto que compite con pocos recursos, el Reus. El Huesca firmó una temporada más que decente clasificándose sexto y metiéndose en la promoción de ascenso, donde cayó por un global de 5-2 ante el Getafe en las semifinales.

Finalmente, el equipo aragonés logró la temporada pasada el ascenso directo tras acabar segundo clasificado en la liga regular, con 75 puntos y tras casi toda la campaña peleando en los puestos altos. Sin embargo, el Huesca tuvo que competir con 17 equipos con mejor límite salarial que el suyo, en algunos casos por una diferencia más que considerable. Sin ir más lejos el Granada, que acabó décimo clasificado, manejaba un techo de gasto de 17,8 millones de euros por los 5,3 millones con los que contaba el Huesca. Pero el caso de los azulgrana no es un hecho aislado, sino que se repite bastante a menudo en otras escuadras de Segunda que, sin disponer de músculo financiero holgado, son capaces de amortizar bien su presupuesto para competir con eficacia.

Tal fue el caso del Girona en la campaña 2015/16, cuando contaba con un límite salarial de 3,61 millones de euros, similar al que maneja actualmente el Córdoba. En aquella temporada los catalanes tenían el decimoctavo techo de gasto menos elevado de Segunda, pero firmaron un año ilusionante en el que acabaron los cuartos en la liga regular. El Girona disputó la promoción de ascenso, donde cayó en la final por un global de 3-1 ante Osasuna.

EL CÓRDOBA, EN LA ZONA MEDIA

En las dos últimas temporadas el Córdoba ha caminado por la zona media en cuanto al límite salarial marcado por la Liga. En la pasada 2017/18 el equipo blanquiverde tuvo el decimoprimero de la categoría, sin contar a los dos filiales (Sevilla Atlético y Barcelona B). Sin embargo, equipos como el Gimnástic o el Reus, con techos inferiores al del conjunto cordobesista, acabaron la temporada por encima.

En la anterior campaña, la 2016/17, el Córdoba tuvo una posición similar en cuanto al particular ránking de los límites salariales en Segunda. El equipo entonces propiedad de Carlos González fue entrenado primero por José Luis Oltra y luego por Luis Carrión. Entonces tenía un techo de gasto de 4,9 millones de euros, el decimosegundo de la división de plata, y finalizó la campaña décimo. En aquella temporada dos clubs entre los cinco con peor techo lograron meterse en el play-off, el ya comentado Huesca y el Tenerife, en este caso como cuarto clasificado. Sin embargo, fue sonoro el batacazo del Rayo Vallecano, que con el límite más alto (13,3 millones de euros) solo pudo finalizar la temporada decimosegundo, aunque estuvo buena parte del año en la lucha para evitar el descenso.