El mercado del alquiler vive un buen momento, pero más por los precios que por la oferta o por el número de familias que optan por esta fórmula, que ha descendido considerablemente. Según el INE, y con datos referentes al 2018, en Córdoba hay 20.200 familias que viven de alquiler, un 31% menos que hace cinco años. Desde el 2014, ejercicio en el que casi 30.000 familias residían en viviendas arrendadas, la cifra ha ido descendiendo hasta llegar al año pasado, de forma que en un lustro casi 10.000 han dejado de formar su hogar en pisos de alquiler. En ese retroceso ha influido la recuperación económica y la escalada de precios de las rentas, que han animado a comprar de nuevo y a hipotecarse.

Córdoba es la provincia andaluza en la que menos familias hay residiendo en viviendas arrendadas. Hasta Jaén tiene algunas más, 20.600. En cambio, Málaga es la provincia que destaca por contar con más núcleos familiares que optan por el alquiler, 102.400; seguida de Sevilla, con 91.700; Cádiz, con 63.500; Granada, con 55.900; Almería, con 46.200; y Huelva, con 28.300.

¿Qué ha pasado? Que entre el 2015 y el 2017, años en los que se vislumbraba ya cierta, aunque lenta, mejoría económica, las familias cordobesas prefirieron comprar otra vez, como demuestra la reactivación del mercado inmobiliario en los últimos años. Las cifras reflejan que en el 2015 había 164.900 familias residiendo en viviendas de su propiedad (compradas, heredadas o donadas) y que estaban totalmente pagadas, y en solo dos años, en el 2017, esa cantidad aumentó en 11.600 hasta alcanzar las 176.500, aunque en el 2018 disminuyó hasta 170.300. Esta última bajada de las adquisiciones puede explicarse en el aumento que experimenta en ese ejercicio el número de viviendas compradas pero pendientes de pago, es decir, hipotecadas. De hecho, se pasa de 82.800 familias con hipotecas a 89.800, es decir, que hay 7.000 más.

¿Cuál es el perfil de la familia que vive de alquiler? El portavoz del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Córdoba, Agustín León, explica que es el de «parejas jóvenes y personas mayores que buscan una vivienda accesible». Los estudiantes también son demandantes de pisos arrendados. Las parejas jóvenes buscan, según León, pisos nuevos con plaza de aparcamiento o, aunque es más difícil de encontrar, viviendas unifamiliares. En cambio, las personas mayores prefieren pisos céntricos pero con ascensor. Además, cada vez se demandan más inmuebles con patio o con una terraza amplia para tener mascotas.

«Tengo una importante cartera de demanda de alquiler y es difícil de atender», explica, ya que, a pesar de que aumenta la cifra de familias que optan por comprar, «hay más demanda que oferta incluso hasta en los pueblos», lo que repercute en la subida de precios.