Casi la mitad de las operaciones de compra de viviendas que se cierran en Córdoba se realizan como inversión. Esas son, al menos, las estimaciones de los expertos consultados por este periódico, que consideran que la subida de los precios de los alquileres y la mayor demanda de arrendamientos existente favorecen este tipo de operaciones. Además, estos expertos estiman que la rentabilidad de la vivienda en Córdoba se sitúa en una horquilla que va del 4 al 7%.

El portavoz del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Córdoba, Agustín León, calcula que de las operaciones de compraventa que se producen en Córdoba, un 40% corresponden a personas que adquieren la vivienda como forma de inversión, ya sea para alquilar o para utilizarla con fines turísticos; otro 40% son de menores de 40 años que quieren un piso en propiedad para residir; y el 20% restante responden a propietarios que ya tienen un inmueble pero que buscan otro para mudarse. Sus estimaciones son que en una vivienda por la que se cobra una renta mensual de 500 euros y se ingresan 6.000 euros al año, la rentabilidad se sitúa en el 5%, «que no dejan otros productos, ni planes de pensiones ni otros activos». Por ello, asegura que la vivienda «es un producto atractivo».

Su experiencia en el mercado inmobiliario le lleva a concluir que la mayoría de los que adquieren una vivienda para dedicarla al alquiler son particulares, aunque también puede haber alguna empresa que se dedique a comprar lotes de pisos, pero es algo más esporádico. «Se dan casos de particulares que compran uno o dos inmuebles y que a lo largo de diez años han adquirido cuatro o cinco», señala. Este fenómeno no es nuevo, «se ha dado siempre, lo que pasa es que ahora es más difícil acceder al crédito hipotecario, no hay trabajo y hay más demanda de alquiler y muchos ven un nicho de mercado», ya que «ahora mismo, el inmobiliario es el producto más rentable».

Por su parte, el director gerente de Mar Real Estate en Córdoba, Antonio Cano, está de acuerdo con que entre el 40 y el 50% de los compradores de vivienda son inversores y generalmente son «particulares que tienen un pequeño patrimonio y dedican una parte a invertir». A su juicio, «el atractivo turístico de Córdoba quizá ha ayudado un poco pero, al margen de eso, es que hay una demanda de arrendamientos que no suele estar cubierta» y que anima a alquilar. Según Cano, «hay viviendas para alquilar pero no las que se buscan», ya que la mayor demanda está en «pisos nuevos, reformados, atractivos, con tendencia actual y no del estilo de Cuéntame». Ese tipo de vivienda es reclamada por «singles, profesionales o parejas que buscan un piso reformado». A su juicio, «Córdoba ofrece una rentabilidad para alquiler importante», que oscila entre el 4 y el 5%.

Antonio Cano explica que el interés por invertir en vivienda siempre ha existido pero ahora es más alto porque «los precios de venta no han remontado y la rentabilidad es mayor, el valor de los arrendamientos sí ha subido, el alquiler se ha sociabilizado más y ahora es un segmento más amplio el que alquila». A esto se suma que «antes existía un perfil de inversor que compraba barato para vender con un valor añadido» pero ahora se dedica más a arrendar. A esto se une que, tras la crisis, hay muchas familias que no pueden comprar y optan por el alquiler.

Por su parte, Barin estima que hay dos tipos de inversor, el que compra pisos baratos y el que adquiere exclusivos. «Si el piso vale 300.000 euros, lo puedes alquilar a 1.000, pero si cuesta 65.000, la renta baja a 400», explica. Esta inmobiliaria estima que la rentabilidad de una vivienda suele estar entre el 5 y el 6% pero puede llegar hasta el 7%. Barin percibe que, aunque «el inversor siempre está ahí» y con la crisis se produjeron altibajos, en los últimos años ha habido una tendencia al alza debido a que los precios de los pisos han bajado y cuando han subido, no lo han hecho en gran medida. En su caso también detecta un mayor porcentaje de inversores particulares, ya que las empresas prefieren edificios para uso turístico.