Por unanimidad se aprobó ayer la constitución de una mesa de diálogo sobre Cosmos, en la que están representados todos los partidos, la empresa, el Consejo del Movimiento Ciudadano, la Plataforma Aire Limpio, CCOO y UGT. La numerosa presencia de trabajadores de Cosmos, que desde primera hora se concentraron a las puertas del Ayuntamiento, calentó los ánimos de la sesión. Fuera se vivieron algunos enfrentamientos dialécticos entre miembros de la plataforma y los trabajadores y en el salón de pleno, éstos pidieron a gritos que acabase el portavoz de Aire Limpio, José Rojas, al que tacharon de "embustero". Rojas mostró su oposición a la incineración de residuos en el casco urbano y recordó que todos los grupos --incluido el PP-- firmaron el documento Córdoba Aire Limpio , que se comprometía a iniciar este proceso.

Antonio Lopera, representante de la UGT, reclamó el apoyo municipal a la industria cementera y acusó al Gobierno local de no estar haciendo "políticas de izquierdas" y de "menospreciar el empleo". Por su parte, Delfín Fernández, presidente del comité de empresa de Cosmos, criticó que se siga adelante con la recalificación de suelos en Chinales Este, aún antes de aprobarse en el pleno la mesa de diálogo. Fernández insistió en que en Europa hay fábricas que valorizan residuos "sin que eso suponga ningún problema de medioambiente" y afirmó que el cierre de la fábrica supondría la pérdida de más de 20 millones de euros al año.

La mesa de diálogo creada tratará de analizar la situación, toda vez que el Ayuntamiento ya ha puesto en marcha los mecanismos para modificar el PGOU en Chinales Este, donde se enclavan varias empresas, incluida la de Cosmos. La modificación cambiará el uso industrial de los suelos por un uso residencial y, en caso de que se culminara ese proceso urbanístico, la empresa no podría revalorizar residuos (incinerar), tal y como tiene previsto desde hace tiempo, para lo que cuenta con el permiso de la Consejería de Medio Ambiente. La intención del Gobierno municipal es, en un futuro, trasladar la fábrica a otra zona del término municipal y, de hecho, la alcaldesa ha supeditado la recalificación del suelo al traslado de la fábrica. De momento, la dirección y la plantilla han mostrado su total rechazo a ese planteamiento.