Jaime Mayor Oreja, vicesecretario general del PP, afirmó ayer que la próxima legislatura será la del "desafío nacionalista" en España. El ex ministro del Interior, que apoyó en Córdoba las candidaturas encabezadas por Rafael Merino y María Jesús Botella, resaltó que las elecciones del 14 de marzo "no son entre los modelos ideológicos de la izquierda o la derecha", sino entre dos maneras de afrontar el desafío nacionalista en los próximos años.

En esta "encrucijada" de España, según la visión de Mayor Oreja, se confrontan una "mayoría de españoles y una suma de minorías", ya que no está en "juego si el PP o el PSOE ganan las elecciones, sino la fortaleza o debilidad del Gobierno del PP".

El ex ministro explicó que la organización ETA, abanderada en el tiempo de los problemas territoriales, está siendo sustituida en sus planteamientos secesionistas "por el grueso de los nacionalismos en España" justo en el momento en que la banda empieza a estar vencida por el Estado de derecho.

En consecuencia, subrayó que el Gobierno que salga de las urnas tendrá que enfrentarse a dos planes, el del lendakari Juan José Ibarretxe, "que es la herencia de ETA", y el de Carod-Rovira, que viene a ser como el plan Ibarretxe "pero a lo catalán".

CONSTITUCION Jaime Mayor Oreja apeló a los constitucionalistas, "a las gentes que, al margen de que sean de derechas o de izquierdas, creen de verdad en la Constitución" porque ellos "sí pueden dar la fortaleza democrática que España requiere, desde la unión, para hacer frente al desafío nacionalista".

El dirigente popular dio por descartada una posible victoria del PSOE en las elecciones generales. Pero en el campo de la especulación, Mayor Oreja comentó que hoy un gobierno socialista en La Moncloa "es inimaginable porque lo que habría sería una suma de minorías, una conjunción o coalición de partidos de todos contra el PP".

ELECCIONES ANDALUZAS Mayor Oreja dijo que "Andalucía tiene que vencer el miedo al cambio porque sería bueno para fortalecer la mayoría de españoles contra el desafío nacionalista y supondría una alternativa para salir de la resignación de lo mismo".

Matizó que esta afirmación "no es una falta de respeto a los andaluces", sino un argumento derivado de la reflexión sobre los problemas del País Vasco, su comunidad de procedencia, donde "el miedo al cambio es una de las limitaciones democráticas más graves y más tristes que se pueden tener".