Esta es la situación que me encuentro al salir del hospital después de 15 horas cuidando a un enfermo sin dormir. No puedo mover mi coche porque está encerrado entre dos coches en medio de un aparcamiento supuestamente regulado.

El terreno propiedad de Reina Sofía. Me dirijo a la empresa concesionaria y me dicen que ese coche que me cierra el paso lo han puesto de noche en un horario en el que Reina Sofía, y como parte del contrato de la concesión, no les deja ponerse, entre las 22 y las 8 de la mañana. Luego durante esas horas no pueden hacer nada porque no está regulado. Que llame a la policía.

Llamo a la policía y me dice que este terreno es privado y no pueden actuar y que además como no hay líneas pintadas en el suelo no se sabe quién ha aparcado mal. Aún así me piden las matrículas a las 10.30 h. de la mañana para localizar a los usuarios, contarles el problema por si pueden venir a retirar el vehículo. Localizan a uno, el del Opel Astra negro (el que aparca mal) y les dice que en diez minutos baja y lo quita. Son las 12.45 h y sigo en el aparcamiento esperando.

La policía me dice que también le diga a un vigilante de Reina Sofía las matrículas de los coches para que si son trabajadores del hospital los localicen y me quiten algún coche. Y de muy malas maneras, el vigilante me dice que a él qué le cuento, que hable con los aparcacoches sin dejarme ni explicarme.

O sea, llevo tres horas en el aparcamiento supuestamente regulado de un hospital esperando que alguien me quite un coche para poderme ir a descansar. Eso sí, el euro lo pagamos todos. Imagínense que es una persona enferma de las muchas que vienen de pueblos a consultas externas y se tienen que quedar tiradas horas en un llano en el que se ha pagado previamente por aparcar sin que nadie haga nada para poder solucionarle el problema y que le quiten el coche.

Bueno pues en esa misma situación hay cuatro coches al lado mía. Esto es indignante.