Crisis política

La división republicana sobre el nuevo 'speaker' amenaza con alargar la parálisis del Congreso de EEUU

La profunda división interna de un Partido Republicano radicalizado y la falta de consenso entre los conservadores se hecho evidente después de que el martes pasado se destituyera al republicano Kevin McCarthy

El representante republicano por el estado de Ohio Jim Jordan

El representante republicano por el estado de Ohio Jim Jordan / Europa Press

Idoya Noain

La parálisis en la que ha quedado sumido el Congreso de Estados Unidos después de que el martes pasado se destituyera al republicano Kevin McCarthy como presidente de la Cámara de Representantes amenaza con prolongarse. Se ha hecho evidente en las últimas horas la profunda división interna de un Partido Republicano radicalizado y la falta de consenso entre los conservadores sobre quién debe ocupar el cargo, e incluso sobre las normas para elegirlo o el momento. Aunque queda abierta la posibilidad de que las votaciones empiecen este mismo miércoles, primero en la bancada republicana y después ya ante el pleno de la Cámara, no hay garantías de que vaya a suceder y este martes el 'speaker' interino, Patrick McHenry, reconocía que la meta es tener elegido presidente para "finales de semana".

A la presión que ya apremiaba para solucionar cuanto antes este impasse por la necesidad de aprobar antes del 17 de noviembre presupuestos que permitan seguir operando al Gobierno se le ha sumado el estallido del conflicto en Gaza, pues el Congreso debe estar operativo para aprobar más ayudas a Israel. Aun así, algunos congresistas reclaman más tiempo y uno de ellos, Max Miller, que aspira a que haya al menos una semana más antes de votar, lo ha explicado metafóricamente diciendo que "el cadáver aún está caliente".

Además, ni Jim Jordan ni Steve Scalise, los dos aspirantes oficiales, parecen tener aunada a su bancada, y decenas de fieles a McCarthy podrían dilatar el proceso negándoles el apoyo para un puesto al que el destituido californiano se ha mostrado dispuesto a volver tras haber asegurado inicialmente que no lo haría. 

"Un baño de sangre"

Ya el lunes, seis días después de que arrancara esta crisis, los congresistas republicanos se reunieron por primera vez a puerta cerrada. Estaban vetados los móviles y no podían entrar al encuentro ni siquiera sus ayudantes. Pero lo que se ha contado y filtrado de esa reunión no da grandes esperanzas de acuerdo.

Nick LaLota, uno de los participantes, la ha comparado con "una primera sesión de terapia matrimonial", con unos y otros lanzándose recriminaciones. Otros han asegurado que fue "un baño de sangre", con duros ataques cruzados. Y en un encuentro donde se mencionó frecuentemente la situación de Israel, se palpó también la profunda rabia que persiste entre muchos republicanos con Matt Gaetz, el congresista de extrema derecha que inició la rebelión contra McCarthy a la que se sumaron otros siete republicanos. 

En ese encuentro del lunes no hablaron ni Jordan ni Scalise, algo que sí tenían previsto hacer este martes por la noche en un "foro de candidatos", donde cada uno haría una presentación de cinco minutos, contestaría preguntas de sus colegas y luego haría una declaración final de dos minutos.

Scalise, actual número 2 de los republicanos en una Cámara a la que llegó en 2008, que sobrevivió al tiroteo cometido por un extremista de izquierdas y este verano anunció que estaba siendo tratado por un cáncer de sangre, asegura que ha demostrado sus credenciales conservadoras y también argumenta que puede unir a los suyos.

Jordan, presidente del Comité Judicial, situado más a la derecha y que ha recibido el respaldo de Donald Trump, vende como uno de sus activos que no tendrá los problemas de McCarthy porque cuenta con el respaldo de los congresistas ultras que se rebelaron contra McCarthy, miembros del Freedom Caucus que él fundó en 2015, ocho años después de llegar a la Cámara.

Los dos defienden una agenda ultraconservadora y han prometido también seguir pasando leyes presupuestarias con profundos recortes, normas que no tienen opción de ver la luz en un Senado controlado por los demócratas. Pero también difieren en cuestiones como la ayuda a Ucrania, que Scalise respalda y Jordan rechaza.

Cambiar las normas

La incertidumbre sobre cuándo y cómo se podrá resolver la elección se acentúa también por el esfuerzo de última hora de algunos republicanos de cambiar las normas de elección. Varios congresistas han propuesto que en vez de recibir la mayoría simple en la conferencia republicana el aspirante deba asegurarse tener votos suficientes para superar la elección en el pleno, actualmente 217 votos si todos los congresistas están presentes y votan.

La idea es evitar que se repita algo como lo que se vio en enero, cuando McCarthy tuvo que someterse a 15 rondas de votación públicas antes de aplacar la resistencia interna del ala más radical, un proceso humillante que proyectó una imagen de debilidad. Jordan defiende la idea del cambio de normas pero Scalise se opone.

En el debate también entran otras consideraciones y hay congresistas que también quieren que haya garantías de que se cambiará la regla de que uno solo puede poner en marcha una moción de censura. Eso es algo que McCarthy concedió a los radicales en sus negociaciones para llegar al cargo y que Gaetz usó la semana pasada en su contra y algunos republicanos quieren ponerle fin, pero sin necesitar para ello el respaldo de los demócratas.