Guerra en Ucrania

Biden da a Zelenski otro paquete de ayuda

Ucrania recibirá "capacidades significativas de defensa aérea", que Zelenski tenía como prioridad, pero no los misiles de largo alcance ATACMS

El líder ucranio comprueba de primera mano en Washington la erosión entre los republicanos de la estrategia de apoyo a Kiev

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se reúne con su homólogo estadounidense, Joe Biden.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se reúne con su homólogo estadounidense, Joe Biden. / JIM WATSON / AFP

Idoya Noain

Lejos del campo de batalla, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se ha sumergido este jueves en Washington en una delicada y complicada misión fundamental para el devenir de la guerra que Rusia lanzó en su país en febrero del año pasado. En su segundo viaje a la capital de Estados Unidos desde que se inició el conflicto tras una visita en diciembre, Zelenski ha vuelto a recibir el apoyo del presidente, Joe Biden, que le ha recibido por tercera vez en la Casa Blanca y que ha anunciado otro paquete de ayuda militar a Kiev, que saldrá de fondos ya apropiados por el Congreso y del arsenal estadounidense.

Según había adelantado Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional, el paquete incluye "capacidades significativas de defensa aérea", algo que Zelenski había marcado como una prioridad para este viaje. Pero de momento la Casa Blanca seguirá sin facilitarte los misiles de largo alcance ATACMsCon ese armamento, que el líder ucranio reclama desde hace tiempo, Ucrania tendría capacidad para alcanzar Rusia y Washington teme que por ello Moscú lo considere una provocación, pero Sullivan ha insistido en que la posibilidad de facillitarlo en el futuro sigue "sobre la mesa".

Pese al respaldo que ha vuelto a obtener de Biden, Zelenski también ha comprobado ya de primera mano que ese apoyo inquebrantable del demócrata no es generalizado en el país y se erosiona, especialmente entre políticos y votantes republicanos. Y las divisiones entre los conservadores ponen en peligro la aprobación en el Congreso de la siguiente partida solicitada por Biden para destinar a Kiev: 24.000 millones de dólares.

Congreso polarizado

Después de participar durante dos días en la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, Zelenski aterrizaba en Washington tras una noche de un ataque masivo con misiles de Rusia en varias ciudades de Ucrania que han afectado a infraestructuras civiles. Arrancaba la visita con reuniones en Capitol Hill. Y la primera, con los líderes de la Cámara Baja, el republicano Kevin McCarthy y el demócrata Hakeem Jeffries, evidenciaba el deterioro de su causa allí.

McCarthy, cuyo partido tiene el control de la Cámara de Representantes, esta vez había rechazado la petición de Zelenski de hacer un discurso ante congresistas y senadores, algo que sí pudo hacer en la visita de diciembre a invitación de Nancy Pelosi. Solo organizó para este jueves un encuentro con varios representantes. Y aunque en privado, según han contado algunos presentes en la reunión, se ha mostrado más dispuesto a atender a las necesidades de Zelenski, preguntándole qué necesita para ganar la guerra, en público sigue poniendo asteriscos a seguir aprobando paquetes de ayuda.

“¿Dónde están las explicaciones sobre el dinero que ya hemos gastado? ¿Cuál es el plan para la victoria? Eso es lo que los estadounidenses quieren saber”, decía hace un par de días McCarthy, sintonizado a encuestas que muestran el rechazo de más del 60% de los votantes republicanos a seguir enviando ayuda a Ucrania y que ha sugerido también que Biden debe encargarse de asegurar la frontera sur de EEUU antes de seguir invirtiendo en Kiev.

La doble cara de McCarthy se explica en parte por su débil posición como ‘speaker’, dado el poder que tuvo que otorgar para llegar al cargo al ala más radical de la formación. Esa debilidad se palpa en la amenaza de otro potencial cierre operativo del gobierno al no conseguir votos para pasar una propuesta de gasto. Y respecto a Ucrania se ratificaba este mismo jueves, cuando 23 congresistas y seis senadores de su partido enviaban una carta a la Casa Blanca criticando la indefinición de Biden sobre la estrategia para Ucrania y ayudas que superan ya los 100.000 millones de dólares. Para dar luz a proyectos en su Cámara McCarthy no puede permitirse perder más de cuatro votos.

Para Zelenski ha sido más cálida la recepción en el Senado, controlado por los demócratas y donde el líder de la minoría republicana, Mitch McConnell, respalda firmemente la estrategia de la Casa Blanca de seguir apoyando a Ucrania. En la Cámara Alta sí se le ha organizado una reunión a puerta cerrada con los 100 senadores. Y allí les ha apelado a seguir dando municiones y apoyo financiero: “Si no conseguimos la ayuda perderemos la guerra”, ha dicho

Zelenski ha mantenido después una reunión en el Pentágono con el secretario de Defensa, Lloyd Austin, y ha visitado el memorial de los atentados del 11-S allí antes de ir a la reunión con Biden en la Casa Blanca.

Lula y Wall Street

Es el fin de una gira diplomática que en Nueva York le sirvió también, además de para dirigirse a la Asamblea General y participar en una reunión del Consejo de Seguridad, para mantener el primer encuentro en persona con Luiz Inácio Lula da Silva. El presidente brasileño es uno de los líderes del sur global que se han negado a tomar parte en el conflicto y aunque las relaciones entre ambos han sido sido tensas hasta este miércoles, el encuentro sirvió para “romper el hielo”. “Los dos ahora entienden la posición del otro mucho mejor”, explicó el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, que tildó de “cálida y honesta” la conversación, tras la que Zelenski y Lula han prometido mantener el contacto.

Zelenski, cuyas palabras durante el discurso ante la Asamblea General han intensificado la crisis abierta con Polonia por el veto a las importaciones de alimentos de Ucrania, también aprovechó la estancia en Nueva York para mantener reuniones con líderes de Wall Street y explorar el uso de fondos del sector privado para la reconstrucción de Ucrania.