Los demócratas llevaban meses esperando los resultados de la exhaustiva investigación independiente encargada por la fiscalía de Nueva York para determinar si las acusaciones de acoso sexual que pesan sobre el gobernador Andrew Cuomo tenían fundamento. Unas dudas que quedaron aparentemente disipadas el martes. La fiscal general, Letitia James, indicó que, tras entrevistar a 179 personas y analizar 74.000 pruebas -entre documentos, correos, mensajes y fotos- la justicia ha extraido una imagen “perturbadora, pero clara" sobre la conducta del gobernador. “Al acosar sexualmente a múltiples mujeres, muchas de ellas jóvenes, con tocamientos, besos y abrazos no consentidos, así como comentarios inapropiados, sucedidos entre 2013 y 2020, el gobernador infringió las leyes estatales y federales", afirmó la fiscal general neoyorkina.

Las durísimas palabras de James han obligado a los dirigentes demócratas a pronunciarse sobre el futuro de Cuomo, un político que al principio de la pandemia se ganó la admiración de sus colegas de partido y las estrellas de Hollywood. Tanto que sonó como uno de los posibles candidatos a la presidencia en 2024 por su capacidad para transmitir tranquilidad y seguridad en momentos de crisis. Algunos le colgaron el apodo de “el gobernador de Estados Unidos y, otros en las redes sociales, llegaron a declararse “Cuomosexuales”.

Ahora, sin embargo, su carrera podría tener los días contados. “Creo que debería dimitir”, dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, haciendo público el sentir mayoritario del partido demócrata. El mandatario no ha sido el único que ha pedido la dimisión del hijo del exgobernador de Nueva York, Mario Cuomo, y hermano del presentador de la CNN, Chris Cuomo. Varios políticos de su estado han exigido que deje la silla. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, con el que siempre tuvo roces, indicó además que si no dimite debería ser sometido a un proceso de destitución “inmediatamente”. Mensajes similares mandaron el candidato demócrata en las elecciones a la alcaldía del 2 de noviembre, Eric Adams, y su contrincante, el republicano Curtis Sliwa.

También han pedido la cabeza de Cuomo pesos pesados del partido en Washington, como la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Ya en marzo, cuando salieron a la luz las acusaciones por parte de varias mujeres, varios congresistas demócratas, entre ellos Alexandra Ocasio-Cortez, pidieron la renuncia del gobernador. Ahora el retrato es bastante más esclarecedor. De acuerdo con la investigación, hasta 11 mujeres habrían sido acosadas por el gobernador.

Cuomo niega las acusaciones

En sus primeras declaraciones, Cuomo dijo en una conferencia --previamente grabada y sin ronda de preguntas-- que nunca tocó “a nadie de manera inapropiada”. "Los hechos son muy diferentes de lo que se ha descrito", afirmó el mandatario. En este sentido, el político de 63 años dio a entender que se trata de un malentendido cultural y generacional ya que él, desde siempre, ha saludado a la gente con besos, abrazos y otros gestos afectivos. Lo cierto, sin embargo, es que las víctimas no solo acusan al político de haberles dado besos y abrazos sin su consentimiento, sino también de meterles la mano debajo de la blusa para tocarles el pecho o manosearles las nalgas, actos inapropiados que les hicieron sentirse como "juguetes". Por lo general, esas mujeres eran mucho más jóvenes que él y algunas trabajaron como empleadas a su servicio.

El rechazo a las acusaciones del político italoestadounidense no sorprende, pues desde que salieron a la luz, Cuomo ha optado por no hablar del tema y seguir trabajando en el estado de Nueva York con la esperanza de que el próximo escándalo o gran noticia haga que el público se olvide del tema. Táctica que recuerda al comportamiento de Donald Trump después de que fracasara su estrategia para presentar las pasadas elecciones como un fraude o para condonar el asalto al Capitolio del 6 de enero. Pero la diferencia es que el exmandatario sigue teniendo una gran red de apoyo en su partido y Cuomo está ahora completamente solo.

Amenaza de impeachment

Si Cuomo no dimite, lo más seguro es que la Asamblea legislativa de Nueva York inicie un proceso de destitución para forzar su salida del poder, un juicio parlamentario similar al que enfrentó Trump en dos ocasiones durante sus cuatro años en la Casa Blanca. El expresidente republicano salió indemne en ambos casos.

Respecto a ese eventual juicio político, también conocido como impeachment, Biden afirmó que, si bien entiende que puede existir esa opción, no es partidario de ella en estos momentos. El presidente considera que hay que ir “paso a paso” para ver si Cuomo opta por dimitir voluntariamente.