Angela Merkel, la mujer más poderosa del mundo, camina cabizbaja en dirección a su escaño en el Bundestag, la Cámara baja alemana. Sus dedos no dejan de teclear en el móvil. Con pantalones negros y chaqueta azul, granate, marrón o verde, se detiene para debatir unos instantes con su ministra de Trabajo, Ursula Von der Layen. Pasan unos minutos y continúa hacia su escaño, pero hasta llegar a su destino intercambia un diálogo con su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble. Lo hace pendiente más de la pantalla que de los ojos de su interlocutor. Finalmente, antes de acceder al lugar reservado a la jefa del Gobierno, habla sin dejar de estar atenta a su teléfono con su vicecanciller, ahora en funciones, Philipp Rösler.

Es la imagen que se repite cada vez que la jefa del Gobierno de Alemania asiste a una sesión parlamentaria en el Bundestag. Siempre pendiente de su teléfono móvil, como si gobernara a golpe de mensajes, confiada en que sus comunicaciones no son interceptadas. Por algo lleva móviles de alta seguridad. Desde julio de este año Merkel va con una Blackberry Z10, valorado en 2.500 euros y dotado en su interior de un chip de seguridad fabricado por la empresa de seguridad de Düsseldorf Secusmart. Merkel dispone también de un Nokia 71, en principio ultraseguro, como presidenta del CDU.

El modelo de Obama

La Casa Blanca desmintió que espíe o que vaya a hacerlo en el futuro las comunicaciones de Merkel. Pero no aclara si lo hizo en el pasado. El diario Die Welt aseguró ayer que los servicios de inteligencia alemanes sospechan que EEUU pinchó los teléfonos que usó Merkel entre octubre de 1999 y el pasado julio, justo cuando se cambió de terminal. El número de su teléfono, según el rotativo, aparece en los documentos del exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) Edward Snowden, quien vive en Rusia tras desvelar el programa de espionaje masivo de EEUU.

Merkel volverá pronto a cambiar de celular, del que no se separa ni un momento, y con el que intercambia mensajes de texto con los dirigentes más poderosos del mundo. El nuevo modelo de alta seguridad es un SimKo3, de la operadora alemana Deutsche Telekom, basado en el smartphone Samsung Galaxy S3 y preparado para la transmisión de información clasificada. Recibe el sobrenombre de Merkel phone , según indicó la compañía germana. El dispositivo SimKo3 ha superado las pruebas de la Oficina Federal para la Seguridad de Información.

Deberá la cancillera, pues, abandonar la Blackberry, que es también uno de los modelos preferidos por los líderes mundiales. Como Barack Obama, un adicto a la Blackberry cuando entró en el 2009 en la Casa Blanca. Ahora a él se le ve poco con el móvil en la mano. De hecho, se dice que su modelo de su marca preferida está dotado de un software único que funciona a través de un servidor propio.

En Francia, los máximos dirigentes llevan un modelo protegido, construido para el Estado por Thales y valorado en unos 3.000 euros. El precio de la seguridad.