La Unión Europea (UE), dividida en relación con los ataques militares de la coalición dirigida por Francia, Gran Bretaña y EEUU contra las fuerzas del dirigente libio Muamar Gadafi, ha acordado ampliar las sanciones económicas contra el régimen autoritario de Trípoli.

La UE ha ofrecido su ayuda humanitaria y su apoyo a una mediación negociada de la crisis libia, aunque considera que el protagonismo de esa iniciativa debe corresponder a la Liga Árabe y a la Unión Africana, según ha declarado la ministra europea de Asuntos Exteriores, Catherine Ashton.

Los ministros de Asuntos Exteriores de los Veintisiete han decidido congelar los activos en el extranjero de nueve compañías libias adicionales, que se suman a las cinco entidades cuyos fondos quedaron congelados el pasado 11 de marzo. Asimismo, se han ampliado el veto de visados y la congelación de bienes a otras 11 personalidades del régimen de Gadafi además de las actuales 27 sancionadas.

Las nuevas compañías libias afectadas por las sanciones son principalmente entidades financieras y fundaciones tuteladas por Gadafi y otros miembros del régimen, según fuentes diplomáticas. Entre esas compañías no figuran, de momento, las empresas nacionales libias de gas y petróleo.

Las entidades libias cuyos bienes se habían congelado hasta ahora en la UE son: el fondo soberano de inversiones Libyan Authority Investment (LIA), el Banco Central de Libia, el Banco Exterior Libio, la Cartera de Inversiones Libia África y el Consejo Libio de Viviendas e Infraestructuras (Libyan Housing and Infrastructure Board). Esas sanciones condujeron a la intervención del Aresbank por parte del Banco de España, ya que su capital es está controlado en más del 99% por el Banco Exterior Libio.

ATAQUE CONTRA EL BAÑO DE SANGRE

Francia, principal impulsora de la intervención militar en Libia para proteger a la población rebelada contra el régimen Gadafi, ha destacado que la operación es "un éxito claro". "Si no llegamos a intervenir Bengasi habría sido un baño de sangre", ha señalado el ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé. "Hemos salvado a los civiles de Bengasi", ha subrayado el ministro.

La OTAN, ha asegurado Juppé, podrá prestar su "apoyo" en materia de planificación dentro de unos cuantos días al dispositivo militar liderado por Francia y Gran Bretaña y coordinado militarmente por EEUU. No obstante, Juppé ha dejado claro que el papel de la OTAN deberá ser secundario, ya que en su opinión "los países árabes no quieren una operación bajo la bandera de la OTAN".

Alemania ha vuelto a reiterar sus críticas a los "riesgos" de la intervención militar en Libia, reafirmándose en su negativa a participar en ella. Italia, por su parte, ha reclamado limitar el alcance de los ataques occidentales contra el régimen de Gadafi, ya que estima que se está yendo más allá de lo estrictamente autorizado por la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.