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Monasterio ofrece a Ayuso sintonía en la Asamblea para defenderse ante "los enemigos de España"

Rocío Monasterio ha sido la primera en iniciar esta tarde las reuniones de la presidenta de la Comunidad de Madrid con los portavoces parlamentarios de la región

Rocío Monasterio, en la Asamblea de Madrid, frente a Isabel Díaz Ayuso.

Rocío Monasterio, en la Asamblea de Madrid, frente a Isabel Díaz Ayuso. / EFE

Elena Marín

La reunión de arranque de curso entre Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio era para hablar de asuntos madrileños, pero la portavoz de Vox ha desvelado que el inicio de la misma ha estado centrado en la política nacional. La próxima investidura para la presidencia del Gobierno y el precio que el partido de Carles Puigdemont ha puesto a sus votos para que Pedro Sánchez siga dirigiendo el país están muy lejos de las políticas de integridad del territorio nacional que defienden ambas dirigentes y la portavoz ultra ha aprovechado la alianza que sus respectivos partidos han firmado a nivel nacional y en otras comunidades autónomas para proponerle a Ayuso seguir en esa misma línea en Madrid.

Monasterio sabe que su situación en la Asamblea de Madrid se ha debilitado, sus votos ya no son necesarios para que el PP saque adelante sus iniciativas en la región, así que necesita fortalecer su papel. "La preocupación por la situación del Gobierno de España" ha sido el arranque con el que ha querido introducir los temas discutidos en la Real Casa de Correos, a donde ha acudido a las cinco de la tarde convocada por la presidenta, que entre hoy y mañana martes recibirá a los portavoces de todos los grupos parlamentarios de la Asamblea. En una hora de reunión han hablado también de Madrid, pero la portavoz de Vox ha apuntado que el "espíritu" con el que ha afrontado la reunión ha sido una mano tendida para preservar el Estado: "Los que defendemos España tenemos que estar apoyándonos para que los enemigos de España no dirijan el futuro de los españoles de bien". Al finalizar la reunión ha insistido en su confianza en que las dos formaciones sigan de la mano, una apuesta que le serviría para reforzar su perfil en las próximas semanas.

Esta llamada a la no agresión entre las dos formaciones en Madrid, donde Ayuso ha arrasado en las elecciones dejando a Vox un espacio reducido, se produce después de que esta semana pasada Monasterio se haya mostrado contraria a apoyar una de las leyes estrellas de Ayuso, la de incentivos fiscales al capital extranjero, y dejar en el aire qué intenciones tiene para los próximos presupuestos. La respuesta del PP a esta postura ha sido que Vox será tratado como cualquier otra formación, dejando claro que ya no necesitan el apoyo de nadie en la Asamblea.

Propuestas concretas para Madrid

En el encuentro de esta tarde, Monasterio ha vuelto a poner sobre la mesa su petición para que esta ley incluya también incentivos para los patrimonios nacionales, la derogación de la ley LGTBI y la ley Trans de la Comunidad, la progresiva reducción de impuestos, más medidas para paliar los problemas del acceso a la vivienda y la necesidad de que se peinen los contenidos editoriales de los libros de texto en el sistema educativo regional y se aparque la "ideología" en los colegios.

Hace un año por estas fechas, en la reunión de inicio de curso que mantuvieron ambas mandatarias, todo era cordialidad y buenas palabras, a pesar de mostrar algunas diferencias. No se preveía entonces que en apenas tres meses Vox iba a dejar de ser el comodín del PP para todas sus iniciativas en la Asamblea de Madrid. Monasterio dijo al salir de la reunión que Vox apoyaría los presupuestos, con la coletilla de que la condición era apretarse el cinturón. Poco después votó en contra e hizo sudar al PP hasta el último momento en cada una de las votaciones, hasta el punto de impedir también que saliera adelante la ley de incentivos fiscales para capitales del extranjero, una iniciativa para contrarrestar el impuesto a los ricos de Pedro Sánchez con la que Ayuso pretendía cerrar la legislatura.

El distanciamiento entre PP y Vox se hizo explícito con un "que cada uno siga su camino" que Ayuso le soltó a Monasterio en el último pleno previo a la disolución del parlamento autonómico, después de que Vox hubiera permitido al PP sacar adelante hasta 20 iniciativas a lo largo de la legislatura. La estrategia le salió bien a la dirigente madrileña, y hoy no necesita el apoyo del partido ultra más que para escenificar de vez en cuando una mayoría aún más amplia o para visibilizar, cuando le venga bien, que ella también defiende en Madrid los mismos intereses que el partido de Monasterio.