La Audiencia Nacional ha condenado a 25 años de cárcel al etarra Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi , por haber enviado desde una dirección postal de París, el 4 de marzo de 1994, un paquete bomba que no llegó a explotar al empresario guipuzcoano Juan Antonio Arruabarrena. Así consta en una sentencia dictada ayer por la Sección Tercera de la Sala de lo Penal en la que se atribuye al etarra la autoría de un delito de asesinato terrorista en grado de tentativa.

La condena se basa en dos informes periciales caligráficos que demuestran que Gadafi escribió el sobre que contenía el artefacto explosivo, que estaba envuelto en papel de regalo y tenía un lazo rojo. El paquete, con un "poder de destrucción muy alto", según la sentencia, fue desactivado por los artificieros una vez llegado a Pastas Arruabarrena, en Lazkao (Guipúzcoa).

El fallo destaca en sus fundamentos jurídicos que el empresario era "objeto de amenazas de la organización terrorista" y estaba "sometido" al pago del denominado impuesto revolucionario hasta el punto de verse obligado a trasladar la sede de su empresa de Guipúzcoa a Pina de Ebro (Zaragoza).

Por otro lado, la Audiencia Nacional absolvió por falta de pruebas al etarra Eneko Gogeaskoetxea, que se enfrentaba a una petición del fiscal de 15 años por participar en un atentado con granadas contra Barajas en 1997.