El presidente del EBB y candidato del PNV a lehendakari, Iñigo Urkullu, ha hablado ya con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, además de con el presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, y el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras vencer este domingo las elecciones autonómicas vascas, según confirmaron a Europa Press fuentes jeltzales.

Además, Urkullu se ha puesto también en contacto con la candidata a lehendakari de EH Bildu, Laura Mintegi, con el líder del PSE-EE y hasta ahora lehendakari, Patxi López, con el presidente de los populares vascos, Antonio Basagoiti, y con el parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro.

El líder jeltzale se ha dirigido a los representantes de los partidos políticos vascos que han obtenido representación en la Cámara autonómica con el objetivo de comenzar a hablar con ellos en los próximos días.

Tanto a lo largo de su campaña, como este domingo, tras conocer la victoria de su partido en los comicios, Iñigo Urkullu se ha comprometido a buscar grandes acuerdos en tres temas que considera esenciales en esta legislatura: la crisis económica, su principal reto, además de la consolidación de la paz y la convivencia, y el logro para 2015 de un nuevo estatus político "compartido".

Además, tendrá que decidir cómo conforma su próximo Gobierno, si en minoría con apoyos externos u opta por pactar con alguna formación. El domingo aclaró a los medios de comunicación que, en principio, todas las opciones están abiertas y no se decanta por ninguna en concreto. En todo caso, buscará "la fórmula más adecuada" para liderar el próximo Ejecutivo.

La Ejecutiva nacional del PNV se reúne a lo largo de este lunes para analizar los resultados electorales e ir concretando la estrategia a seguir.

La crisis política

En su comparecencia este domingo, tras lograr el PNV 27 escaños en la Cámara autonómica, Urkullu ha insistido en que su prioridad es atajar la crisis y lograr la reactivación económica, pero no ha ocultado que no soslayará el tema de "la crisis política e institucional" existente en el Estado español y en Europa.

De esta forma, se empeñará en construir "el futuro de Euskadi con el mayor consenso posible" desde la pluralidad, sin divisiones ni exclusiones". En todo caso, tratará de evitar "procesos de recentralización y reformas unilaterales", y por ello, mantendrá "la mano tendida al diálogo desde el respeto" al pueblo vasco.