Al ritmo de Los Asdlánticos y al grito de «presidenta, presidenta», Teresa Rodríguez, acompañada por el también candidato Antonio Maíllo, Pablo Iglesias y Alberto Garzón, llenó el Pabellón de la Juventud, en el que 2.000 personas asistieron al único gran acto de la campaña de Adelante Andalucía en Córdoba. La candidata a la Presidencia de la Junta puso en pie al auditorio con un discurso encendido, emotivo por momentos, y en el que reclamó «pan y rosas» para el pueblo andaluz, llamó al voto de los indecisos y reivindicó para la confluencia de Podemos e IU los votos del socialismo. «El PSOE tiene el socialismo solo en la siglas», dijo.

Rodríguez atacó a babor y a estribor y lanzó una advertencia: «No queremos ser como ellos, ni como ella». Llamó «portera de la derecha» a Susana Díaz, por abrirle la puerta del Gobierno andaluz a Cs y del central, a Rajoy; le echó en cara haber abandonado la bandera de «la deuda histórica» desde que el PSOE está en Madrid; y le afeó que critique el programa de Adelante Andalucía por no tener rigor económico, cuando «se ha gastado el dinero de los parados en burdeles de media Andalucía». Por si fuera poco, sacó a relucir «las mordidas de la Fundación Guadalquivir» o que el candidato del PSOE Juan Pablo Durán lleve 18 años dedicado a la política. Tampoco tuvo compasión con la derecha. Denunció que el PP haya equiparado la inmigración con la delincuencia, en un partido donde «detrás de cada traje hay un hombre pequeñito camino de la cárcel», e ironizó sobre que defiendan la bajada masiva de impuestos pero que «nunca hablen de bajar masivamente el precio del pan, el alquiler, la luz o el agua», mientras que a los de Cs los llamó «ignorantes dos veces» por confundir la Mezquita-Catedral con la de Argentina. En el apartado propositivo, resaltó su defensa de una banca pública y el blindaje de los servicios públicos con el 5% del PIB (para educación), el 7% (sanidad) y el 2% (dependencia).

Antonio Maíllo, por su parte, enfrió las expectativas para que nadie se confíe: «Aún no se ha ganado nada», y alertó de la volatilidad que dibujan las encuestas. Por eso, animó a hacer proselitismo para cambiar los votos «del «miedo y la resignación» por los de «la esperanza y el cambio». El coordinador regional de IU hizo guiños a su electorado (habló de la lucha antifranquista y del no a la OTAN) y defendió «el pacto intergeneracional» con los jóvenes del 15-M. «No ganarán ni nos gobernarán los malvados», sentenció.

El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, ahondó en las dos claves del acto apelando a los indecisos y al socialismo, «que no es el susanismo»; mientras que Ana Naranjo, número 1 por Córdoba, reivindicó a Andalucía como una tierra «de izquierdas», que va a mantener «el hijo rojo y republicano» de su historia. El también candidato David Moscoso dijo que Adelante Andalucía es «la única opción que puede sacar a esta tierra adelante y generar ilusión», y Luz Marina Dorado llamó a «votar con rebeldía para acabar con la lacra machista».