ENTREVISTA | Susana Moreno Moure Maestra elegida entre las diez mejores de España 2022

«Los docentes debemos estar en continua transformación»

La maestra cordobesa Susana Moreno Moure.

La maestra cordobesa Susana Moreno Moure. / CÓRDOBA

R. Hita

Esta maestra cordobesa ha sido elegida como una de las diez mejores docentes de España 2022, según los premios de la plataforma Educa, que organiza el certamen junto a la obra social de ABanca.

¿Cuál es su trayectoria como docente hasta el momento?

Soy maestra de Infantil y Primaria, con mención en Inglés. Mi pasión es esa primera etapa educativa. Estudié en Jaén, donde me siento como en casa. Tras la carrera, tuve la suerte de quedarme en la capital trabajando y aquí sigo. No obstante, soy cordobesa, mi colegio de parvulario a BUP fue Santa Victoria. En Las Escolapias siempre e incluso me casé en su iglesia.

¿La docencia es su vocación?

Sin duda. El COU lo cursé en Salesianos y ahí pude descubrir mi pasión por la educación, colaborando con los grupos en barrios desfavorecidos como Las Palmeras o el Polígono Guadalquivir.

¿Qué tal está siendo su etapa en el Colegio Marcelo Spínola?

Magnífica. Llevo allí desde 2008, toda mi carrera y es un centro muy bueno, de la Fundación Spínola, para desarrollar mi actividad, que siempre está a la última y me gusta mucho mi pedagogía.

¿Echa de menos Córdoba?

Buah. Yo soy cordobesa hasta la médula. Toda mi familia está ahí y, aunque yo vivo en Jaén, sigo conectada con mi ciudad y mis hijos se sienten cordobeses. Y ahora, cuando llega el mayo cordobés, recuerdo ese aroma típico. Pertenezco a familia de docentes, además, así que mi trabajo lo llevo en la sangre. Mi tía. Isabel Román, maestra del CEIP Algafequi, ha sido mi inspiración en cómo darse al servicio del alumnado y del más necesitado. Ser de Córdoba es un orgullo para mí y, al estar fuera, he notado más como es una tierra que no se queda quieta, de gente que lucha por lo que quiere.

¿Cómo es el proceso hasta llegar a estar entre las diez mejores docentes de España?

Es casi como unas oposiciones. Una vez que estás seleccionada junto a unos 300 docentes de Infantil de toda España, comencé un proceso de presentación de trabajos, méritos, proyectos y demás que es muy exigente. A finales de 2022 me anunciaron que pasaba a la final junto a otros nueve profesionales y ya este año se decidió y entregaron los premios. Bonito, interesante y exigente también.

¿Se lo esperaba, cómo ha sido?

No, fue una sorpresa de las familias de mis alumnos, que se enteraron de este concurso y lo usaron para agradecerme mi labor docente y, al tiempo, para que se viese reconocida. Me llegó un correo en verano de 2022 informándome que estaba seleccionada entre varios centenares y entonces descubrí el precioso gesto de las familias. Hemos vivido una etapa muy complicada, con el covid, y mis familias han respondido de 10. Casualmente, el curso 19-20 lo iniciamos fomentando las nuevas tecnologías y nos vino fenomenal para continuar la docencia virtual cuando llegó la pandemia. Empezamos con un proyecto llamado El Huerto, nos unió mucho y, en general, han sido tres años maravillosos con un bagaje tremendo.

¿Qué cree que han valorado de usted y de su labor pedagógica para ir pasando fases?

Considero que se valora mi metodología en el aula, que es tanto horizontal como vertical, de distintas etapas, personas y centros, y donde todos aprendemos de todos. Utilizo una enseñanza que reconoce al alumno como agente que genera su propio aprendizaje: reforzando su autonomía, su autoestima, su responsabilidad, su papel en la sociedad y así provocar que reflexionen, piensen que hace falta en su entorno y contribuyan a mejorarlo. Así, acabamos colaborando con asociaciones de vecinos o residencias de ancianos. Y logramos una educación de servicio y contribuimos al cuidado de las personas, del planeta, entre otros aspectos.

¿Y qué caracteriza su docencia, qué intenta aportar en su cole?

No me gusta acomodarme y mucho menos en la educación. La educación tiene que estar en continua misión con el alumnado que tenemos presente en el día a día. Si la sociedad cambia, los docentes debemos estar en continua transformación. Tenemos que probar, investigar y captar la atención del alumnado. También destaco de mi labor que nunca pienso que los alumnos son demasiado chicos para hacer algo. Sólo hay que saber adaptarse a ellos y confiar en su capacidad.

¿Cómo se siente tras ser finalista, aunque no ganadora?

Me siento fenomenal. Y sí, he sido ganadora, no del primer puesto, pero sí de una gran experiencia que me ha permitido conocer a grandes docentes y seguir aprendiendo y compartiendo ideas. El objetivo en mi clase es uno: buscar siempre lo mejor para el alumnado. Eso lleva consigo también lo mejor para el docente y para las familias. Tener un feedback permanente y llevar a cabo un aprendizaje colaborativo es básico.

¿Algún nuevo reto se plantea?

En todos estos años he tenido la oportunidad de transmitir mis conocimientos. También he cumplido muchos sueños, como colaborar con la universidad en proyectos educativos, también con otros de la ESO. Ahora estoy en proceso de potenciar la colaboración intercentros con otros colegios de zonas desfavorecidas, como uno de Angola. El reto es adaptar materiales y pedagogía a su realidad para que les resulte útil.

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