Ante el éxito televisivo de numerosas series, libros y cómics que abordan el tema del apocalipsis zombi, y ante el interés que éste suscita en el alumnado, el departamento de Matemáticas del IES Averroes decidió que era el entorno idóneo para plantear una actividad final del bloque de Geometría. Además, la propuesta se abría a la posibilidad de llevar a cabo un amplio abanico de problemas, no solo matemáticos, si no problemas que abordaban numerosos ejes transversales que surgían con el telón de fondo de los zombis: supervivencia, refugios, recorridos, solidaridad, etc.

Tal y como explica Carmen Galán, la profesora de matemáticas del grupo de 1º de ESO que realizó la práctica, la actividad comenzó cuando los docentes, poniendo en práctica sus propias dotes interpretativas «les dijimos muy serios a los chavales que nos habían llegado noticias muy preocupantes. Fuentes fidedignas nos avisaban de un inminente Apocalipsis Zombie y que la sociedad, tal y como la conocemos hoy en día, quedaría arrasada». Este inusitado anuncio fue reforzado por la actuación de un profesor que se disfrazó de muerto viviente, asomado a la ventana de la clase haciendo sonidos guturales. «Algunos de los docentes de matemáticas del Averroes pensamos que no podemos únicamente llenar al alumnado con conocimientos, será necesario además animarle, estimularle, avivar su curiosidad» asegura Galán.

Retos y pruebas

El alumnado comenzó la actividad identificando la forma del aula (rectangular) y midiendo el largo y el ancho para calcular su área. «Con un planteamiento similar calcularon también cuánto espacio se perdía con las mesas y las sillas y viendo la manera de colocarlas para aprovechar la mayor área posible de refugio» señala la profesora quien apunta un paso más allá en el reto matemático ya que estas medidas resultan insuficientes «ya que los zombis pueden vernos a través de las ventanas, y, como todo el mundo sabe, si nos ven querrán atacarnos».

Es por ello que tuvieron que calcular cuántos metros cuadrados de tela opaca necesitarían para poder tapar las ventanas. Una sencilla operación (medir las ventanas, calcular el área y multiplicar por el número de ventas que hay) les llevaría a la solución. En todo este despliegue también queda hueco para trabajar la solidaridad buscando una solución para ayudar al resto de compañeros que se han quedado fuera de la clase.

«Una vez a salvo recibimos el whatsapp de un compañero que se ha quedado fuera y debe llegar a tiempo al refugio. Para ello usamos el plano de la planta donde se halla el aula y trazamos el recorrido más corto desde el punto donde se encuentra el compañero. Utilizando la escala del plano finalmente le decimos los metros que debe recorrer con lo que queda fuera de peligro». Para Carmen Galán y el resto de docentes no es ajeno idear dinámicas de este tipo para incentivar el aprendizaje del alumnado «de una materia que muchas veces se atraganta», asegura. Las actividades como este Apocalipsis Zombie capta de inmediato el interés de los chicos que, no estando ajenos a la temática, rápidamente entran en el juego educativo que les plantean estos innovadores docentes.