El Córdoba Futsal se queda atascado ante el Emotion Zaragoza

Sin dueño claro

El choque comenzó con ritmo. Josan González salió con un quinteto de garantías formado por Prieto, Ricardo, Zequi y Saura, mientras que el ya recuperado Shimizu aguardó en el banquillo. La apuesta fue valiente, aunque los primeros minutos corrieron a cuenta de los locales, con un escalón más de intensidad y estimulados por las buenas sensaciones de su sorprendente victoria de la semana pasada ante el Barça. Óscar Villanueva fue el encargado de acabar con los primeros instantes de tanteo a los dos minutos de juego, con una oportunidad clarísima en boca de gol a la que no supo dar forma. Fue el primer susto. 

La segunda unidad refrescó a los blanquiverdes. Viana, Jesulito e Ismael abanderaron la réplica con una marcha más en sus internadas por banda. Así nació la primera ocasión manifiesta para sus intereses, tras una galopada de Viana que Zequi no supo finalizar en el mano a mano. Miguelín puso el segundo aviso apenas un par de jugadas después, con otro zurdazo desde la frontal tras un saque en estrategia que Barona repelió con dificultad. El Córdoba Futsal había despertado. 

El paso de los minutos estaba aclarando las ideas de los de Josan González y desde esa mejoría comenzó la tarea de llevarse los tres puntos. El retorno de Shimizu se sucedió rebasados los primeros cinco de juego, y el nipón acarició el gol en prácticamente su primera acción en la cancha. Como si nada hubiera cambiado, el pívot blanquiverde dribló por banda para sacarse un misil a la media vuelta, que obligó la mejor intervención de Bernard para salvar lo que podría haber sido fácilmente el 0-1. 

No le hizo falta mucho tiempo al japonés para traer de cabeza a la defensa maña, que incluso cambió la configuración táctica para poner una doble vigilancia sobre el escurridizo ariete califa. La receta le salió bien a los de Jorge Palos, ya que a partir de la solidez en la zaga volvieron a forzar otro tramo de intercambio de papeles. Ahí encontraron una ventana abierta al contraataque, que explotaron una y otra vez ante un Alfonso Prieto que se sacaba las paradas de tres en tres. 

Finalmente se confirmó lo esperado, con un error en la salida de Caio que Claudino no desaprovechó para habilitar a Jamur y poner el 1-0. Tras el tanto, los últimos compases se sucedieron entre interrupciones, protestas y varias ocasiones de peligro de los blanquiverdes, aunque con un último lance a falta de un par de segundos que traerá cola. Iván Bernard sacó una doble mano providencial ante Caio y Shimizu, aunque Piqueras golpeó con el pie en la cabeza del nipón en el segundo de los remates. No se señaló nada. 

En busca de la remontada

La segunda mitad abrió con otro arreón local, aunque fue Jesulito el primero en probar suerte. El gaditano recogió un taconazo de Shimizu para ensayar un zurdazo, sin éxito ante el muro improvisado por los zaragozanos. El propio Shimizu fue el encargado de finalizar la siguiente jugada, con otro voleón que rozó la cruceta. Los de Josan González no habían tardado ni dos minutos en despejar el dominio maño a base de insistencia, pero todavía hacía falta el gol. 

Saura recogió el recado, sabedor de que en partidos como este pasa volver a recuperar su mejor versión, la que le llevó incluso a debutar con la selección española. No hizo falta recordárselo al unionista, que presionó con todo la salida de balón de Claudino para robarle la cartera al argentino y superar en el mano a mano a un Iván Bernard que hasta entonces estaba siendo imbatible. 1-1. 

Los blanquiverdes salieron reforzados del tanto de la igualada, aunque debían afrontar los últimos diez minutos en una situación compleja: con cinco faltas y al borde del doble penalti. Con otra avalancha de amarillas que había cargado a prácticamente todos los jugadores de campo, los de Josan González tenían que medir con especial cuidado la intensidad de sus acciones. No fue el caso de Álex Viana, que agarró a Piqueras en una acción aislada para poner la sexta. Jamur ejecutó el castigo, que acabó con su segundo tanto del partido. 

El Córdoba Futsal movió ficha. El juego de cinco salió como un resorte e Ismael fue la elección como portero-jugador, mientras que el resto de la estrategia la encabezaron Jesulito, Perín, Zequi y Miguelín. Había que volver a penetrar en el rombo aragonés. El propio Ismael estuvo a punto de conseguirlo tras empujar un centro-chut de Miguelín, pero su disparo se fue desviado por centímetros. La fluidez en ataque era buena, las asociaciones y repliegues también, aunque faltaba la guinda. Zequi trató de buscarla en una de esas jugadas, pero lo que terminó encontrando fue un rechace que se topó con su mano. Doble penalti. Volvió a ejecutarlo Jamur, aunque esta vez paró Prieto. 

Sin margen ni tiempo para nada, el encuentro acabó con una última acción de Shimizu, que trató de embocar un balón bajo la línea de gol pero perdonó en la ejecución. Ortego no fue tan benevolente en el rechace, mandando el balón a las mallas desde su propia área para poner el 3-1 definitivo en el Siglo XXI.