Es verdad, el Córdoba CF SAD no es una empresa al uso donde solo importan los balances económicos. Hace tiempo se me quedó a fuego una teoría que manejaba el presidente de honor del club, Rafael Campanero Guzmán. Decía algo así: la categoría donde esté el equipo no es clave para la supervivencia, sino el equilibrio saneado de sus cuentas. Y la que ha caído más tarde. Porque convenimos en que siempre se podrá ascender, pero si las deudas te ahogan o te hacen desaparecer... Sin embargo el sábado, tras el inolvidable homenaje a Juanín --mito de abrazos sinceros y gratuitos sin dobleces; un caballero cabal-- me di cuenta de lo importante que es también la herencia emocional. Ese intangible (en blanco y verde) que trasciende a propietarios, presidentes, técnicos y jugadores, pero nunca a la afición. Si no fuera así, ¿hubiera sido posible transmitir lo que significó Juanín sin haberlo vivido? Hay cosas que no se consiguen con el dinero. Cosas que se transmiten de generación en generación. La otra fe.