Alejandro Valverde dejó ayer constancia de que está entre uno de los mejores corredores españoles. El murciano, que cambió su planes y decidió participar en la Vuelta a Andalucía a última hora, demostró encontrarse en un excelente momento de forma para afrontar retos más complicados.

La etapa de ayer, que transcurrió entre la localidad cordobesa de Lucena y la malagueña de Rincón de la Victoria, era la más complicada de todas. Las escasas diferencias en la general aventuraban una guerra absoluta por el triunfo final. Como así ocurrió. Valverde ha sido el más regular en la ronda andaluza y no estaba dispuesto a perder todo en la última jornada. Estuvo muy atento y contó siempre con la ayuda de un equipo que trabajó a destajo para su líder.

PRIMERA ALTERNATIVA Una vez iniciado el descenso del Corcoya, puntuable de tercera categoría, saltaron del pelotón los holandeses Clement y Dumoulin. No contaban para la general, de ahí que el pelotón los dejara hacer. Incluso coronaron en solitario los puertos de El León y Comares, pero el cansancio ya se iba acumulando en sus piernas.

Cuando restaban 19 kilómetros para meta, los dos escapados fueron neutralizados por el pelotón y se organizó una batalla que, a la postre, sería la definitiva. En ella se encontraba Alejandro Valverde. En principio se dejó llevar, respondiendo a la perfección ante un nuevo ataque muy cerca de la línea de meta. Valverde se podía haber relajado, pero quería un triunfo a lo grande, por lo que apretó para adjudicarse la etapa y conseguir su segundo triunfo consecutivo en la Vuelta a Andalucía.