El Real Madrid se impuso ayer (82-68) con mucha dificultad al Banca Cívica en el primer partido de la serie de cuartos de final que se disputa a tres partidos, tras un duelo tremendamente igualado debido a los malos porcentajes de tiro de ambos equipos y que finalmente cayó del lado local merced a su mayor talento y a un titánico Felipe Reyes que hizo olvidar a Nikola Mirotic.

En esta serie entre madrileños y sevillanos se medirán el pasado y el futuro de la sección blanca de baloncesto, puesto que la primera piedra que habrán de solventar para cimentar lo que sería un doblete histórico de Liga y Copa que no se produce desde muchos años ha, será el Banca Cívica que dirige Joan Plaza, último técnico con que el Real Madrid consiguiese la competición liguera. Como se demostró este viernes, el técnico catalán no lo puso sencillo en este duelo ni se lo pondrá a sus ex en San Pablo.

Casi tuvieron que pasar dos minutos para que se anotase la primera canasta del partido, algo que no fue preluio de un choque defensivo. Al contrario, ninguno de los contendientes se dedicó a especular y si el marcador no resultó más abultado tras la disputa de los diez primeros minutos (26-16) fue por el poco acierto de cara al aro. En el segundo cuarto, fue desde la línea de 6.75 donde el Banca Cívica hizo más daño a los blancos, con siete intentos convertidos para llegar por delante al descanso (38-40).

Esta vez fue Tomic el que prontamente se vio desbordado por los rivales, acumulando cuatro faltas de vuelta al parqué, acorde a la aciaga noche de los pívots blancos, donde únicamente Felipe Reyes y un inesperado Nole rayaron a la altura. Pese a ello, el Banca Cívica no solo no pudo aumentar su renta sino que concluyó el tercer asalto por detrás en el electrónico (58-57).

El duelo no pudo llegar más igualado a su recta final, pero el Madrid se desmarcó pronto. En los últimos minutos, sabedor de que la derrota era un hecho consumado, el conjunto de Joan Plaza se relajó.