Estaba sorprendido porque una hora antes del partido se circulaba sin estrés por los alrededores de El Arcángel. La chica del puesto de bocadillos, ante el escaso trabajo, hablaba por teléfono. A unos metros, cerca de las taquillas, un hombre tocaba una trompeta con aires de reclamo. Pero no se vendía ni una sola bufanda. Las colas por conseguir una entrada, avanzaban con celeridad. "Pues eso, que en el Villamarín casi ni se puede andar a estas horas". Y así, entró por primera vez a El Arcángel.

Rodeado de blanquiverdes, vivió extrañado el debate que mantenían algunos aficionados locales. "¿Pero qué hacen tocando tanto?". "¡No ves que están intentando sacar el balón jugado, para una vez que se juega aquí al fútbol!". En los del Betis no había esas discusiones. "Otro pelotazo... ¡y otro!". Lo que más le sorprendió fue cuando alguien dijo. "Hervás está perdido". Todos le miraron, con mala cara.

Hubo quien no se aprendió el nombre del portero del Betis en toda la noche. "¡Casto, Casto!". Poco importaba que se llamara Fabricio. Ante sus continuas pérdidas de tiempo --"¡míralo, como un equipo de Segunda B!"--, la hinchada la tomo con él. Abucheos cada vez que tocaba la pelota.

Hubo a quien la visita del Betis le sirvió para conocer la cara de algunos jugadores. "¿Ah, ese es Chica? Pues lo tengo en mi equipo fantástico". Y todos comprendieron por qué iba antepenúltimo.

Algún vacile también se llevaron los blanquiverdes. "¡Mira el que va a rematar; si es el más chico!", señalaban con el dedo a Quero, sonriendo.

El que estuvo un buen rato riendo fue un seguidor que no daba crédito a la multitud de personas que se hacinaban en el carrito de las asistencias, cuando éste fue a rescatar a un jugador. "¡Montad a otro, que vais pocos!". "¡Pero si parece que van a montar un andamio!", continuaron la broma.

A todo esto, el Córdoba marcó. Y la afición se envalentonó. "Qué malo es el Betis". "Con razón llevaba diez partidos sin ganar". "¡E iban a ganar la Liga!". Para entonces, el seguir bético, cabizbajo, ya no tenía ganas de hablar. A su lado, alguien hacía planes. "¡Que nos vamos a Sevilla!".