De todas las malas noticias que podía recibir el Barça no había ninguna peor. Por grave. A Eric Abidal se le ha detectado un tumor en el hígado que le obligará a ser operado de urgencia el próximo viernes en el Hospital Clínic de Barcelona, según comunicó anoche el club en un parte médico oficial. El defensa francés accedió a que se comunicara su dolencia, pero requirió también "el máximo respeto" a su intimidad en los delicados momentos de salud por los que atraviesa.

Abidal conoció ayer por la tarde su dolencia, que le fue detectada tras haber pasado unas pruebas rutinarias. El domingo jugó en Sevilla en plenitud de facultades, como en las últimas semanas, en los que se erigió en uno de los puntales del equipo. Hoy era el componente de la plantilla elegido para comparecer ante los medios de comunicación. Pero desde ayer su vida cambió al saber que tenía un tumor y que debía ser intervenido. El viernes, en un quirófano de Barna Clínic, se le extirpará y una biopsia determinará si es benigno o maligno de naturaleza.

EN BUENAS MANOS La mayor preocupación del defensa se centra ahora en confiar en su fortaleza física --conocida--, su buen ánimo --contrastado-- y en las manos del doctor Josep Fuster Obregon, uno de los integrantes del equipo de Hepatología del Hostial Clínic, el más reputado de España en esta especialidad.

El vestuario encajó ayer el doloroso golpe, mucho peor de los que ha sufrido el Barça en los últimos años, mucho más grave por su trascendencia, de los que le han dado. Básicamente porque no se trata de una baja cualquiera, sino porque afecta a la salud de uno de sus componentes, carismático y alegre de puertas adentro como el que más.

La enfermedad le torció el gesto, pero los numerosos mensajes de ánimo y de apoyo de sus compañeros, personal del club, y los que se precipitaron en las redes sociales le insuflarán el imprescindible optimismo que necesita para afrontar la delicada noticia. Desconociendo, aún, a qué circunstancias y periodo de baja se enfrenta, algo que se empezará a saber en cuanto entre en el quirófano. Ni el club ni los médicos precisaron el alcance de la dolencia ni el tratamiento que deberá seguir Abidal después de la operación.

Solo el tumor ha podido derribar a Abidal, que cada temporada se ha enfrentado a lesiones (en los aductores de las dos piernas y en un menisco y enfermedades, como la gripe A que se le detectó en noviembre del 2009. Lo de ahora es peor. No jugará durante semanas y dejará un sensible hueco en la defensa, ya que Carles Puyol también está de baja. Pep Guardiola, sin embargo, estaba desolado ayer por la pérdida de Abidal en el plano humano, no en el deportivo.

Abidal estaba negociando la renovación del contrato, que acaba en el 2012, hasta el 2015. "No quiero más dinero, sino más años, quiero retirarme en el Barça porque no puedo estar en mejor sitio", sostenía. Firmará en cuanto salga del hospital.