La voz quebrada se apagó. La voz que estremeció a Francia este mes de julio ya no se volverá a escuchar. La lucha ha terminado. Ni la ayuda de Lance Armstrong ha servido. "El campeón auténtico", tal como lo definió ayer L´Equipe , antes huraño y ahora entrañable, como sabiendo que cada vez quedaban menos ameneceres que ver, perdió su batalla contra el cáncer. Laurent Fignon, ciclista (1960-2010), las eternas gafas, dos Tours y un Giro, murió ayer en París.

Supo en todo momento, desde la primavera del 2009, cuando anunció que padecía cáncer, que lo suyo sería un combate prácticamente imposible. Solo el apoyo de Armstrong, "vente a Estados Unidos y miramos lo que se puede hacer", le dio aliento y sobre todo el Tour, su todo. Le costaba respirar, intercalar palabras. Y cada mediodía, con el viento alpino, el calor provenzal, la lluvia pirenaica o la tristeza parisina por un Tour que finalizaba, se colocaba los auriculares para retransmitir la ronda francesa. Le costaba hablar. Tomaba aire con dificultad.

Millones de franceses con el corazón en un puño. Pero no se arrugaba a la hora de criticar. Media Francia censuraba a Alberto Contador por atacar cuando Andy Schleck tuvo la avería. Y él, de la vieja escuela ofensiva de los Roche o Delgado, defendía al ciclista pinteño.

Así era Fignon. El 12 de agosto hizo 50 años. Esperar 11 meses para un nuevo Tour era demasiado tiempo para su cuerpo enfermo.