"Ahora estoy de vacaciones, después iré a trabajar a España". José Mourinho habló así después de una reunión con el vicepresidente y tesorero del Inter, Rinaldo Ghelfi, de la que no salió ningún acuerdo para su salida amistosa del club italiano. Massimo Moratti, el presidente interista, se siente traicionado por haberse tenido que enterar por la prensa de las intenciones del técnico portugués. Solo quiere la indemnización de 16 millones de euros prevista por liberarle de acabar su contrato, que acaba en el 2012. "Es imposible que continúe en Milán. Con el Inter aún no han terminado las negociaciones, pero todo está tranquilo y no hay problemas", añadió Mourinho al salir de la reunión.