La fiesta blanquiverde tuvo un lunar que no debería empañar el comportamiento ejemplar de la afición durante toda esta fase de ascenso. Tristes las imágenes que se pudieron ver en Las Tendillas, con continuas cargas policiales para contrarrestar los disturbios que se produjeron, con lanzamientos de objetos por parte de algunos que no supieron vivir lo que es una jornada histórica. Cierto es que la valla que impedía el acceso a la fuente de Las Tendillas era algo innecesario. Solo hay que recordar el último ascenso a Segunda A, en el que no se vio nada de esto y la fuente estuvo abierta a todos.

Ese día no hubo cargas, ni siquiera fue necesaria la presencia de la policía. Alguna brecha en la cabeza, sí, pero nada más. La imagen del centro de la plaza vacía de aficionados y con policías nacionales armados debe entristecernos. Hubo cargas y disparos con pelotas de goma para disolver a una multitud ansiosa de fiesta. A muchos se la amargaron ayer unos pocos que se pasaron con el alcohol y no se amoldaron a las circunstancias, pero tampoco es de recibo quitarle su parte de culpa a la valla de la fuente.

Según informaron fuentes de la Policía Local, la intervención en Las Tendillas se saldó con al menos un detenido tras los altercados que se produjeron en la misma plaza y en las calles aledañas, como Gondomar y Concepción. La policía decidió actuar con contundencia tras recibir varias agresiones con botellas de cristal por parte de un grupo reducido de personas. Aguantaron el máximo de tiempo. En las filas del cuerpo de seguridad se produjeron varios heridos de carácter leve por contusiones.

Desde antes de que empezara el encuentro, varios grupos de aficionados se reunieron cerca de Vista Alegre para hacer botellón . Llegaron ambientados e incluso se pudo ver algún barril de cerveza dentro del propio recinto. Algo lógico tras la avalancha sin control que se produjo. Esta vez no hubo bandera sobre el Gran Capitán. No hubo solo celebraciones e, incluso algunos tuvieron que irse antes de tiempo.