La poesía como arma de resistencia y revolución ha saltado este jueves a la palestra con las intervenciones de la poeta argentina Valeria Correa, representante del país invitado en esta edición de Cosmopoética, que ha participado ayer en la sección Cosmoversos del festival junto al poeta, escritor y editor Jesús Urceloy. La poeta y narradora ha regresado al evento cordobés «con mucha alegría» después de dos años «en los que hemos perdimos el contacto con el público, lo que afecta especialmente a la poesía».
«Ser poeta es una manera de estar en el mundo, es una atención perseverante hacia el presente, los detalles, y el ejercicio de la palabra como un lapso entre el pasado y el futuro», frente a la narrativa, que «exige otro desarrollo», aunque, ha reconocido la autora, «toda mi literatura es poesía» y «sin etiquetas». «Toda clasificación limita la creatividad», ha asegurado la escritora, que considera que lo importante es responder «a la verdad más íntima y a los impulsos creativos, por lo que lo valioso no es cómo es eso que uno hace, sino que lo que se hace responda a la verdad que aflige al artista».
Correa ha señalado que lo que trata de hacer literariamente, con todos sus condicionamientos, es «recoger la vida misma, que está llena de mal y de belleza, y eso es lo que reúno en mis libros», ha continuado la escritora, que ha subrayado que «la poesía es una forma de resistencia y el género más revolucionario de todo el arte literario», asegurando que «no hay que tener ningún conocimiento especial para leerla, simplemente hay que tener sensibilidad».
«Estamos en un presente muy aislado del pasado y muy sin esperanza, y esta velocidad de las cosas hace que la poesía viva tiempos más difíciles porque es un arte que requiere cierto detenimiento», ha proseguido Correa. Para la autora, este género se articula con dos movimientos. Por un lado, la continuidad, «porque se apoya en la tradición» y, por otro, la ruptura, «ya que siempre está buscando formas nuevas de decir».
La condición de ser mujer
Similares argumentos ha compartido la autora nicaragüense Gioconda Belli, que un poco antes de este encuentro ha recitado versos sobre «las dos cosas que decidieron mi vida, el país dónde nací y el sexo con el vine al mundo». Por tanto, su condición de mujer ha sobrevolado durante todo el recital, además de su ideología política, que ha sido decisiva en su poesía. «Lo que alimenta mi poesía es la experiencia humana, y la mía ha estado muy vinculada a la historia de mi país y a sus luchas». Para Belli, la poesía también es «resistencia y revolución» y ha visto cómo muchos de sus poemas se convertían en «agitación», por lo que, dijo, «para mí, la poesía es una manera especial de estar en el mundo».
La música ha puesto el colofón a la jornada en la Sala Orive con la actuación de Ajo y Mastretta, que empezaron su andadura micropoética en el año 2004 y desde el primer momento construyeron un mundo insólito entre el cabaret y el rock, el punk y el cuplé. Por otro lado, la sala Long Rock, que colabora con Cosmopoética en esta edición, ha albergado la actuación en formato acústico de Luis Brea, un artista y compositor indie con un talento innato para plasmar la realidad de la vida a través de canciones directas, personales, con garra y fundidas en estilos tan diferentes como el folk, la bossa nova, la canción de autor o la new wave.
Programación para este viernes
Además de la actuación de la banda granadina Lagartija Nick, la jornada de mañana viernes del festival de versos contará en la Sala Orive con la lectura de los poemas romanos de Pasolini, Maravillosa y mísera ciudad, con motivo del centenario de su nacimiento, a cargo de sus traductores al español, María Bastianes y Andrés Catalán. La figura del intelectual, cineasta y escritor italiano está irremediablemente ligada a Roma. Tanto es así que en muchas de sus obras la ciudad es la propia protagonista. Maravillosa y mísera ciudad recoge la contradicción intrínseca de una ciudad que, en palabras del poeta, es «macabro desconsuelo y alucinada alegría».
A continuacion, los poetas Andrés Neuman, representante del país invitado en esta edición, y el poeta cordobés Juan Antonio Bernier compartirán lectura poética bajo el cielo de cristal de la Sala Orive. Neuman (1977) nació y pasó su infancia en Buenos Aires. Hijo de músicos exiliados, se trasladó con su familia a Granada, en cuya universidad fue profesor de literatura latinoamericana. Su obra, que está traducida a más de veinte lenguas, incluye poemarios, novelas, cuentos, aforismos y diarios de viajes. Su publicación más reciente se titula Umbilical.
El escritor recibió el Premio Nacional de la Crítica de Narrativa; los premios Antonio Carvajal, Federico García Lorca e Hiperión de Poesía; el Premio Alfaguara de Novela; y el Firecracker Award, otorgado por la comunidad de revistas, editoriales independientes y librerías de EEUU.
Por su parte, Juan Antonio Bernier es poeta, traductor, profesor y gestor cultural. Como poeta ha recibido el premio Ojo Crítico de RNE y el primer Premio Internacional de Poesía Ciudad de Estepona y ha sido incluido en numerosas antologías contemporáneas. Además fue codirector literario de poesía Cosmopoética entre 2004 y 2011.
Ambos eventos se podrán seguir en directo por streaming a través de la web del festival, cosmopoetica.es, así como el resto de eventos que tienen lugar diariamente en la Sala Orive. Por otro lado, el programa Okateka, poesía en centros sociales, llegará a su fin con un espectáculo en la Casa Libertad de Prolibertas. La poeta Elena Román recitará acompaña de la musicalización de Lara López y el acompañamiento de la bailarina María de los Ángeles Moreno. Esta actividad ha tenido lugar a lo largo de la semana en la sede de Acpacys y en Alzheimer Córdoba.
También es el último día del taller Musicar un poema, que dirige el músico y compositor cordobés Luis Medina en la Casa Góngora.
En el taller, se aportan ideas y experiencias sobre cómo seleccionar poemas para hacer una canción, cómo abordar su musicalización, con el objetivo de que los doce asistentes creen canciones originales a partir de poemas seleccionados o propios.
