Hace cuatro años, cuando en ninguna de las cuatro categorías de interpretación de los Oscar hubo candidatos que no fueran blancos, April Reign, una abogada negra reconvertida en activista, lanzó #OscarsSoWhite, una etiqueta que se convirtió en mucho más que eso. Al año siguiente, la falta de diversidad racial se repetía en las nominaciones interpretativas, pero la Academia de Hollywood daba muestras de haber entendido que se enfrentaba a un grave problema.

La entonces presidenta, Cheryl Boone Isaacs, una ejecutiva negra de márketing y relaciones públicas, puso en marcha iniciativas para abrir la Academia a nuevos miembros. Poco a poco, y aunque aún lejos de representar proporcionalmente las realidades sociales, la institución hollywoodiense se ha ido haciendo más internacional, más joven y más diversa en cuestión de género y, también, de raza. Y los cambios, que se han ido haciendo notar en las últimas ediciones de los Oscar, también se distinguen en la de este domingo, donde con Reign entre el público, invitada por primera vez, la comunidad negra llega con mucho que celebrar de entrada: los 15 nominados negros, de un total de 212, representan el segundo máximo histórico.

FENÓMENO CULTURAL / Black Panther, un auténtico fenómeno cultural y un éxito global de taquilla que ha hecho añicos estereotipos largamente mantenidos en Hollywood-como que «el cine negro no viaja bien» fuera de Estados Unidos- ha roto también las barreras que hasta ahora habían dejado fuera del olimpo de nominados a la mejor película al cine de superhéroes. Lo ha hecho sin necesidad de que la Academia siguiera adelante con la criticada propuesta -de la que reculó- de crear una categoría para mejor película comercial.

Algunas de las siete nominaciones de la película de Ryan Coogler, además, marcan otros hitos. Hannah Beachler se ha convertido en la primera persona negra, de cualquier género, nominada por el diseño de producción. Ruth Carter, que ya estuvo nominada por los vestuarios de Malcolm X y Amistad, y es la segunda mujer negra que opta al premio, se convertiría en la primera persona negra en alzar la estatuilla. Y aunque la clara condición de favorita de la canción Shallow hace improbable que nadie bata a Lady Gaga, la siguiente en las casas de apuestas es All the stars, dejando una puerta abierta a que SZA sume el segundo Oscar en la categoría para una mujer negra, tras el de Irene Cara por What a feeling, de Flashdance.

SPIKE LEE, AL FIN / Estos son, además, y pase lo que pase el domingo, los Oscar de Spike Lee. A los 61 años, el cineasta ha logrado su primera nominación como director por Infiltrado en el KKKlan, una película que se ha hecho con seis candidaturas, entre las que Lee suma las de productor y guión adaptado. Solo cinco realizadores negros han estado antes en esa posición desde que en 1991 John Singleton fue candidato por Los chicos del barrio. Ninguno ha ganado.

En el 2016, Lee no acudió a la ceremonia como protesta, precisamente, por el segundo año consecutivo de Oscar sin intérpretes negros nominados. Y meses antes de aquel boicot, cuando en noviembre del 2015 recibió un Oscar honorífico, lanzó su mensaje a la Academia. «Necesitamos tener una conversación seria sobre la diversidad», manifestó entonces. «Esta industria va tan por detrás de los deportes que es ridículo. Es más fácil ser presidente de Estados Unidos como persona negra que dirigir un estudio. En serio».

DIVERSOS TÍTULOS / Infiltrado en el KKKlan está basada en hechos reales y mira al pasado pero poniendo el dedo en la llaga de heridas aún sangrantes en el presente en un país donde, bajo la presidencia de Donald Trump, miembros del Klan y neonazis marcharon en Charlottesville o donde la semana pasada un director de periódico escribía un editorial llamando al Klan a «cabalgar de nuevo por las noches». Y no es el único título que obliga a EEUU a reflexionar sobre sus problemas con el racismo y sus derivadas.

Lo hace también Green book, otra de las nominadas a mejor película, que aunque ha enfrentado algunas críticas por contar la historia del pianista negro Don Shirley desde la perspectiva de su racista chófer blanco, podría proporcionar su segundo Oscar a Mahersala Alí. Lo hace El blues de Beale Street, la adaptación de un libro de James Baldwin firmada por Barry Jenkins, que ganó el Oscar a mejor película por Moonlight y que ahora está nominado por esa adaptación del guión para una película que también ha hecho candidata como actriz de reparto a Regina King. Y lo hacen dos alabados documentales, el visionario Hale County this morning, this evening y Minding the gap.

Los Oscar del domingo sumarían también un hito si ganara en el largometraje de animación Spider-Man: Un nuevo universo, pues el codirector Peter Ramsey se convertiría en el primer ganador negro en la categoría. Y solo queda esperar para ver si se hace historia. O para confirmar si, como se rumorea con intensidad en las últimas horas, Whoopi Goldberg vuelve por quinta vez a presentar la gala, que en principio, y tras la retirada de Kevin Hart, no iba a tener maestro de ceremonias.