Un país llamado Cervantes, del escritor y arqueólogo Fernando Penco, es el título del nuevo libro que acaba de publicar la editorial Almuzara, en el que su autor revela, entre otras cosas, el origen judeoconverso del autor del Quijote. La investigación se ha basado en los trabajos de Margarita Cabrera y de Miguel Ángel Ladero, contando con la colaboración de la paleógrafa Pilar Hernández.

Dos han sido los manuscritos que indican la ascendencia judeoconversa de Cervantes: una nómina de 1497 en la que Mencía Fernández, hija del condenado Ruy Díaz de Torreblanca —tatarabuelo de Miguel—, pagaba 375 maravedís ante el Tribunal de la Inquisición de Córdoba para reconciliarse, y el testamento de Juan Díaz de Torreblanca, hermano de Mencía, y quien no citaba a su padre cuando pedía ser enterrado en templo cristiano. La obra, además, narra un viaje apasionante e intemporal por las perdidas aldeas de La Mancha, por los castillos de Castilla o bajo los arcos de las sinagogas clandestinas de la Córdoba Bajomedieval.