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REPORTAJE

Luis Roldán reaparece en el cine

Alberto Rodríguez empieza a rodar en París la película 'El hombre de las mil caras', inspirada en el espía Paesa Eduard Fernández y Carlos Santos encarnan en la cinta al agente secreto y al ex director de la Guardia Civil

Luis Roldán reaparece en el cine

La escena se desarrolla a los pies de la Torre Keller, un edificio de 98 metros de altura en el antiguo barrio industrial que mira al Sena desde el suroeste de París. Por la calle avanza un Mercedes gris con matrícula francesa. Se detiene y la cámara muestra un primer plano de Luis Roldán saliendo del coche. En su interior, apenas perceptible, está Francisco Paesa.

Alberto Rodríguez (Sevilla, 1971) observa el rodaje de la secuencia en un monitor. Pide una segunda toma para corregir un ligero salto de la cámara en el contrapicado y esta vez la da por buena. El director de La isla mínima --galardonada con 10 estatuillas en los Goya-- inició la semana pasada en la capital francesa el rodaje de su séptima película, El hombre de las mil caras , inspirada en la novela del periodista Manuel Cerdán Paesa, el espía de las mil caras .

El proyecto nació hace tres años por encargo del Grupo Zeta, productora de la cinta junto a Atresmedia Cine, Atípica Films y Sacromonte Films. Al realizador sevillano le atrajo el rocambolesco perfil de Paesa, un profesional de la farsa con habilidades insólitas para los negocios turbios. "Es difícil saber quién es realmente. Ese fue uno de los dilemas al construir el guión, pero también su gran atractivo", cuenta en la cafetería de un hotelito próximo al lugar del rodaje. El agente de los servicios secretos se hizo pasar por traficante para vender armas marcadas a ETA. En 1994 ayudó a Roldán a huir de España. Un año después le traicionó delatando su paradero a la justicia. Maniobró para quedarse con el botín que el ex director general de la Guardia Civil escondía en Suiza. En un alarde de ilusionismo fingió su muerte en Tailandia y la publicación de su esquela fue noticia en toda la prensa de 1998. El catálogo de engaños es difícil de resumir, pero el nombre de Paesa suele aparecer en todas las salsas aderezadas con dinero. Por eso Rodríguez aceptó contar una historia que "abre un interesante debate sobre la corrupción". "Esto pasó hace 20 años y está de plena actualidad", dice.

A Rodríguez le hubiera encantado contar la vida de Paesa de cabo a rabo, pero la febril actividad del espía lo hacía inviable. Así que el guión se centra en el caso Roldán, el episodio de la fuga del ex director de la Guardia Civil a Francia y su entrega en Bangkok en 1995.

"A partir de ese esquema argumental construimos los personajes que sostienen la historia". La tarea recae en los actores Eduard Fernández (Francisco Paesa), Carlos Santos (Luis Roldán) y José Coronado (Jesús Camoes), que ejerce de narrador a través de un personaje de ficción. "Después de muchas entrevistas, de mucha hemeroteca, llegamos a la conclusión de que lo mejor era hacer una ficción", prosigue el director, consciente de que la cinta, que solo busca "ser un entretenimiento con cierto poso", puede generar polémica. "A veces tenemos muchos prejuicios para abordar ciertos temas. ¿Por qué no contar algo de nuestra historia reciente?", se pregunta.

La narración se cierra con un epílogo y una teoría del cineasta. "Me puedo equivocar, pero creo que a Paesa se le protege...". En el proceso de documentación de El hombre de las mil caras , con un presupuesto cercano a los 5 millones de euros, se entrevistó a periodistas y abogados que conocieron los hechos. Pero no se contactó ni a Roldán ni a Paesa que, a sus 79 años, vive en París. Miembros del equipo bromean con la idea de que cualquier día se presente de sopetón en el rodaje. "Durante las localizaciones hemos ido a los sitios donde vivió. Y tienes la sensación de que en cualquier momento puede aparecer", confiesa Alberto Rodríguez.

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