Tomás González de Canales sitúa el comienzo del desencuentro con Ramguertauro a primeros del mes de abril, cuando "se nos mostraron los carteles de la feria taurina de mayo". "No nos parecieron con la calidad suficiente exigible a una plaza de toros de primera categoría como es la de Córdoba", continuó el presidente de la sociedad propietaria del coso, que entonces decidió, por vía judicial, presentar una solicitud de adopción de medidas cautelares en virtud las cuales pretendía "recuperar la posesión de la plaza de toros para organizar la feria o que lo hiciera un tercer empresario". La magistrada determinó que la solicitud no estaba justificada, señalando "que no había riesgo para que la feria se llevara a cabo", aunque el festejo del jueves 29 "no pudo celebrarse por razones imputables al empresario taurino", continuó el presidente, recordando que los toros "no cumplían con el reglamento".

Una vez que la feria taurina terminó, la sociedad propietaria intentó desvincularse de la empresa Ramguertauro y, tras una fase de negociación y "acercamiento" entre ambas entidades "para que nos dejaran la plaza libre", se consiguió ayer, concluyó González de Canales.