La demanda del español en los países nórdicos ha crecido en los últimos años y empieza a ganarle terreno al alemán y al francés en las enseñanzas secundaria y universitaria, y en países como Suecia los estudiantes de la lengua de Cervantes se han multiplicado por tres en los últimos seis años.

Esta es una de las conclusiones que se extraen del Anuario de Instituto Cervantes 2004, que presentó ayer el director de esta institución, César Antonio Molina, acompañado por los directores del área académica, Jorge Urrutia, y de Cultura, Carlos Vidal, y que coeditan Círculo de Lectores y Plaza Janés, junto con el Cervantes.

Como ya ocurrió el día de su toma de posesión, Molina hizo hincapié en que una de sus preocupaciones es abrir los centros del Cervantes a la enseñanza del catalán, euskera y gallego y a la difusión de la cultura en estas lenguas, si bien se darán clases en función "de la demanda" que haya en cada país. "Será a la carta".

Los recursos "son escasos", y por eso Molina está manteniendo contactos con las instituciones lingüísticas de Galicia, País Vasco y Cataluña --con esta última comunidad se va a firmar ya un acuerdo-- para establecer un sistema de colaboración y ver qué puede aportar cada uno. "Nosotros facilitaremos espacios para las diferentes actividades y ellas tendrán que apoyarnos con profesores o con otro tipo de medios".

En este sentido, Jorge Urrutia dijo que, sin olvidar que la primera finalidad del Cervantes es la difusión del castellano, el instituto está abierto a la enseñanza de todas las lenguas peninsulares, aunque a veces "no hay demanda de algunas de ellas". No es el caso, por ejemplo, de Alemania, donde sí hay peticiones para estudiar catalán y euskera.

En cada entrega del Anuario (la primera apareció en 1998) se analiza la situación del español en una zona del mundo, y en la del 2004 se ha puesto especial énfasis en los países nórdicos y también se incluyen estudios sobre Puerto Rico, Bosnia-Herzegovina y Hong Kong. En Suecia, donde en el 2002 había algo más de 100.000 inmigrantes hispanohablantes, en la enseñanza obligatoria los estudiantes de español se han multiplicado por tres en los últimos seis años, hasta igualar al alemán y superar al francés. Según un estudio oficial, se elige español porque es más fácil que el alemán y el francés.