La Casa del Inca Garcilaso, el histórico inmueble en el que residió durante tres décadas Gómez Suárez de Figueroa, uno de los más grandes cronistas de América y uno de los mejores prosistas del renacimiento hispánico, será un edificio accesible antes de final de verano. El Ayuntamiento de Montilla ha iniciado esta semana las actuaciones que permitirán el acceso a la planta baja a cualquier persona con movilidad reducida.
Las obras, que se prolongarán durante los próximos dos meses, requerirán una inversión próxima a los 50.000 euros, financiados en un 80 por ciento por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) y, en el 20 por ciento restante, mediante una ayuda de la Consejería de Turismo.
«Además de poner en valor nuestro patrimonio público, con esta intervención hacemos efectiva una reivindicación histórica en lo que al turismo se refiere, ya que permitirá el acceso universal a este emblemático edificio, que tantas actividades culturales alberga durante el año», subrayó el teniente de alcalde de Desarrollo Local, Manuel Carmona, quien confirmó que la histórica vivienda ubicada en la calle Capitán Alonso de Vargas es, junto con el castillo de El Gran Capitán, «uno de los puntos turísticos más visitados por los viajeros que recalan en Montilla».
Las obras se centrarán en la planta baja del inmueble, un edificio protegido cuyos orígenes se remontan al siglo XVI, aunque «el reto será, a partir de ahora, que también sea accesible su planta alta», según reconoció Carmona.
En esta primera fase se creará un acceso desde la vía pública en las dos entradas a la vivienda por la calle Capitán Alonso de Vargas, además de sendas rampas para salvar los desniveles entre sus patios interiores y que permitirán diseñar un itinerario accesible que recorrerá toda la planta baja.
«También se eliminarán los desniveles del patio, que suele ser utilizado para actos culturales, y se reformarán los aseos, creando un nuevo acceso de comunicación entre los dos patios de la casa», aclaró la arquitecta Elena Carmona, quien hizo hincapié en que la empresa adjudicataria de las obras está empleando maderas y elementos cerámicos acordes con la estética del edificio.
«Hace dos años recorrimos junto al colectivo Cota Cero los recursos turísticos de Montilla y tomamos conciencia de la cantidad de barreras arquitectónicas que encuentran las personas con movilidad reducida», apuntó el edil
