La Casa de las Aguas, ese templo erigido en pleno centro de Montilla para la contemplación de la belleza, el estudio y la investigación de las artes y de las letras, recobra actualidad. Y es que el Ayuntamiento que preside Rafael Llamas ha acordado la inscripción de todo el edificio en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz con el objetivo de garantizar su conservación. Así lo anunció la concejala de Cultura, Soledad Raya, quien resaltó la «importancia» de este enclave para el patrimonio y para la cultura de la localidad.

La Casa de las Aguas es un palacete decimonónico situado en pleno centro histórico de Montilla que fue adquirido por el Consistorio el 5 de mayo del año 2000. El inmueble, que en su origen acogió a la familia del ingeniero militar José María Sánchez Molero -impulsor del abastecimiento de agua a la población- pasó en 1940 a manos de la condesa de Aguiar, hermana del séptimo Conde de la Cortina, Francisco de Alvear, otro de sus ilustres inquilinos.

La Casa de las Aguas es uno de los edificios de carácter civil más notables de Montilla. Con el característico estilo de las casas señoriales de finales del siglo XIX, el inmueble está ordenado en torno a dos núcleos diferenciados que se comunican mediante un jardín. Además de una bodega situada en la planta sótano, con muros de sillería y bóvedas de crucería, la casa alberga la capilla-oratorio del antiguo Asilo de Los Dolores, una joya arquitectónica que aún conserva los primeros frescos que pintó Garnelo junto a su hermana Eloísa en 1886 y que, desde el pasado mes de febrero, está siendo objeto de una restauración por fases, gracias al apoyo económico de la Diputación de Córdoba.

No obstante, el elemento más característico de la Casa de las Aguas es el patio porticado que da la bienvenida a los visitantes y que está compuesto por una galería de arcos de medio punto sobre columnas toscanas en la planta baja, y sobre columnas jónicas con arquería de medio punto, en la principal.

Tras su adquisición por algo más de 540.000 euros, el Consistorio montillano ha invertido en los últimos años cerca de 700.000 euros en la remodelación del edificio, construido en 1845 junto a la antigua sede de Cáritas, donde un año antes había nacido el general Adolfo Jiménez Castellanos, que el 1 de enero de 1899 se encargó de entregar oficialmente la isla de Cuba a los Estados Unidos, tras el conflicto bélico que se libró entre el 25 de abril y el 12 de agosto de 1898.

La simbiosis es perfecta. El marco incomparable que ofrece el palacete ubicado en la plaza de Ángel Sisternes acoge el único museo dedicado al pintor José Garnelo, así como la sede de la Fundación Manuel Ruiz Luque, un incansable bibliófilo que en los últimos sesenta años ha conseguido reunir un conjunto de obras de extrema calidad y rareza.

En efecto, el Museo Garnelo permite al visitante conocer una obra antes dispersa o integrada en colecciones particulares, mientras que la Fundación Ruiz Luque representa la recopilación de historia local más importante de España, junto a la del seminario de Álava.

De igual manera, su patio central -y, en ocasiones, su jardín interior y su bodega subterránea- acogen a lo largo del año numerosos actos culturales como presentaciones y ferias del libro, conferencias o conciertos. Uno de los más relevantes tuvo lugar el 3 de septiembre de 2008, de la mano de la japonesa Michiko Hamaguchi de Saiga, pianista de la Ópera de Tokio, quien interpretó un repertorio netamente español, compuesto de obras de Albéniz, Granados y Falla.