Además de en las listas del paro y en las colas de Cáritas, la crisis está dejando otras huellas en Lucena. Con demasiada frecuencia empiezan a verse casas cuya dejadez evidencia el mal momento que atraviesan sus propietarios. Antes, estos edificios, ejemplo de prosperidad, eran una parte destacada del patrimonio familiar. Sin embargo, ahora, por desgracia, son una carga y se convierten en un problema más para sus dueños, que no saben cómo mantenerlos.