EDAD 43 AÑOS

PROFESION AUTONOMO

TRAYECTORIA POLITICA SIENDO MUY JOVEN SE AFILIO A UGT, AUNQUE LO DEJO PARA UNIRSE EN 1991 A LAS FILAS DEL PSOE. DESDE ENTONCES FUE CONCEJAL HASTA QUE EN 1999 ALCANZO LA ALCALDIA, CARGO QUE REVALIDO EN EL 2003

Los antecedentes políticos que encontró en su familia le valieron a Vicente Torrico para comprender el significado de pertenecer a un sindicato y, en ese momento, se planteó trabajar por esas ideas tan harto defendidas para poder aportar algo a la sociedad. De vuelta a su pueblo natal, Belalcázar, decidió militar en el PSOE, partido al que perteneció durante dos legislaturas como concejal, hasta que en 1999 fue elegido alcalde. Tan sólo cinco años al frente de la Alcaldía le han valido a Torrico para saber cuán difícil es trabajar por su pueblo con una oposición que actúa con acoso y derribo a cada proyecto planteado sin proponer iniciativas.

--¿Qué situación se encontró cuando entró como alcalde?

--La Corporación municipal estaba formada por 5 concejales del PSOE, 5 de IU, y uno del PP. Estando en minoría, sin pacto, y sabiendo a lo que nos exponíamos. Aún así me planteé unos proyectos que hoy puedo decir que están finalizados, como es la construcción del instituto de secundaria Juan de Soto Albarado, la reforma de los centros de primaria e infantil, la mejora de la carretera hasta el límite de la provincia con Extremadura, el consultorio médico, la reforma de la plaza de abastos, la construcción de 10 nuevas casas para el turismo rural en el monte Malagón, la cesión de suelo para viviendas de protección oficial, el adecentamiento de los accesos a Belalcázar. Fue difícil sacar todos estos proyectos adelante, más cuando teníamos una deuda de 500 millones que nos limitaba demasiado. Incluso tuve que enfrentarme a una moción de censura que no prosperó.

--¿Cómo consiguió salvar esa situación?

--Pues con estrategias legales o permitidas que en los plenos nos beneficiaban, tan simple como presentar los proyectos aprovechando la ausencia de algún concejal de la oposición, era la única manera de hacer frente a una oposición que no proponía iniciativas de prosperidad para Belalcázar sino de acoso y derribo. Se olvidaron de dar el apoyo para la construcción de un pueblo mejor, cegados en atacar la figura del alcalde.

--A pesar de todo continúa como alcalde, ¿cómo está resolviendo esta legislatura?

--Del mismo modo que la primera, pero centrándonos en salvar la deuda con el contínuo acercamiento a las entidades bancarias para que nos financien, algo que no pudimos hacer anteriormente. Esto nos ha permitido que podamos continuar con obras que estaban inconclusas como la residencia, el gimnasio o el matadero. Sin embargo, sí hemos podido terminar la reforma del Consistorio, del consultorio y nos queda por abordar la finalización de la residencia de ancianos, construir 10 viviendas de VPO, para lo que tenemos que ceder terrenos a la Diputación.

--¿Cuál es el proyecto que quiere terminar en la legislatura?

--La aprobación de las normas subsidiarias, de las cuales ya tenemos el avance y sobre las que se está trabajando. Esto nos permitirá crear un suelo industrial del que carecíamos, aunque en un principio están contemplado 25.000 metros cuadrados de suelo industrial, la idea es comprar más terreno para poder ofrecer 50.000 metros cuadrados. Este polígono, además de atender las demandas de empresarios, contará con el privilegio de estar a tan sólo 10 minutos de la autovía Lisboa--Levante, si con suerte se logra que sea por el corredor sur. Espero que algún día la varita mágica se acuerde de Los Pedroches para poder salir del olvido en el que estamos.

--¿Hacia donde encamina su desarrollo Belalcázar?

--Está claro que tenemos que aprovechar el importante patrimonio histórico cultural que hay en Belalcázar y, desde luego, éste es el atractivo fundamental para el turismo rural. Todos los esfuerzos están encaminados a tejer unas infraestructuras que puedan generar y satisfacer las demandas de los viajeros, refiriéndome especialmente a las reformas del patrimonio histórico, que es lo único que no caduca y que hay que poner en valor, por ello se están reformando, como es el caso del convento de Santa Clara, las ermitas y el entorno del castillo de Sotomayor. La industria viene cuando se genere esa expectativa, por ello pienso que el polígono será la base para ampliar los servicios que se presten al viajero. El desarrollo en Belalcázar seguirá una línea natural con el desarrollo de los artesanos, los servicios e industrias agroganaderas y aprovechando los recursos endógenos.

--¿Supone un impulso al desarrollo la obra de la presa de La Colada, en la que ha participado activamente?

--En cuanto a quitarnos de encima el fantasma de la sequía sí, pero si me dicen que el pantano repercutirá en el turismo rural ofreciendo actividades de ocio paralelas, esto déjame que lo ponga en cuarentena, porque creo que todo este tipo de actividades en torno al agua que se consume debe estar perfectamente controlado. De todos modos, me siento satisfecho por haber estado ahí, reivindicando la presa, a pesar de que se ha utilizado como arma arrojadiza entre los distintos grupos políticos y no ha generado el empleo en la zona que se esperaba.

--Para finalizar, ¿cómo siente la comarca?

--Desde la posición de los alcaldes está claro que existe la comarca y que se trabaja de forma conjunta para mejorar, pero entre la población de los municipios que la conforman aún siguen vigentes los localismos.