Son numerosas las creencias, supersticiones y prodigios que giran alrededor de la festividad de San Juan Bautista y que confirman la íntima relación existente entre los ciclos solares y aquellos que rigen el ritmo de la vida, concentrado en el comienzo y final de las estaciones (solsticios y equinoccios). La mayor parte de estas celebraciones, coinciden en las culturas antiguas con momentos propicios para ritos de fertilidad, adivinación y prácticas curativas, viniendo a confirmar la necesidad que han tenido las fiestas cristianas de domesticar y transformar aquellas creencias arraigadas en la mentalidad popular. Desde este punto de vista, no es gratuito, como apuntan varios investigadores, el hecho de que San Juan el Bautista haya sido el elegido para hacer coincidir la festividad religiosa con las ancestrales creencias del comienzo del verano, ya que como apunta Marcos Campos, "Juan bautiza, purifica, lo que marca el inicio de una nueva vida a partir del contacto con el poder del agua, según la tradición cristiana".

Noche mágica por antonomasia, con el paso del tiempo muchas de las costumbres o ritos asociados a la misma se han ido perdiendo, por lo que uno de los objetivos de la asociación ecologista prieguense Anass-Ea es la recuperación de los mismos. Así, coincidiendo con el solsticio de verano miembros de la asociación han llevado a cabo actividades, destacando la representación en el recinto de la Fuente del Rey de la leyenda de La Encantá , una mora que peinaba sus cabellos con un peine de oro todas las noches de San Juan.