En Adamuz, la festividad de la Candelaria se centra en torno a la quema de romero en las calles en la tarde y noche del pasado sábado. Unas 60 candelas produjeron un halo de humo en un pueblo donde es tradicional el salto de los vecinos por encima de las llamas, de ahí el sobrenombre de culiquemaos . En torno al fuego, los vecinos conviven y comparten los productos típicos de la tierra al compás de canciones tradicionales que hacen alusión a la recogida de aceituna.

Más de un centenar de candelorios iluminaron Hinojosa durante la noche del sábado, prolongándose la fiesta hasta el amanecer. Los grupos de vecinos, en torno al fuego, compartieron, en la fría noche, los productos de la matanza con el vino de pitarra, los pestiños y buñuelos de flor con el chocolate caliente. Para amenizar la velada, multitudinarios corros que giraron al son de canciones de carnaval, y en algún que otro candelorio, se quemó el tío camuñas , con el que se arrojaba al fuego todo lo malo. Ayer, Hinojosa celebró la fiesta de la Candelaria con la función en su honor y la procesión de la Virgen del Castillo, en la que se ofrecieron dos palomas ante la puerta de la Catedral de la Sierra .

Como cada año, la noche de Belalcázar matizó sus tonos con las hogeras que cada barrio realiza para festejar la luminaria. Niños y mayores llevan más de quince días juntando leña para hacer la lumbre, mientras que las mujeres preparan los aperitivos, el vino de pitarra, los borrachuelos y el resó para celebrar esta noche mágica haciendo corros, cantando, bailando y agasajando a los vecinos que se acercan.

La velada en Dos Torres tuvo como escenario la plaza de la Villa, donde se prendió fuego a un enorme candelón que sirvió para que los niños cantaran y jugaran. El grupo Jara y Granito fue el encargado de amenizar la fiesta con su repertorio folclórico.