Alerta constante para mantener el fuego a raya

Ataviados con un traje ignífugo y cargando herramientas y básicos en una mochila, se dirigen deprisa, siguiendo las indicaciones de su técnico de operaciones, Pablo Morillo, hacia un portentoso helicóptero. Entre dos cargan el helibalde a un lado y, por el contrario, van subiendo al interior. Las hélices no se mueven. Ni se moverán en los próximos días, por suerte. Pero los bomberos del Infoca destinados al cedefo de Villaviciosa ensayan un protocolo casi militar que los prepara para la emergencia. Motivos para estar alerta tienen. Es un día de agosto, en Córdoba, durante uno de los veranos más calurosos que se recuerdan y con una sequía extrema.

Aún así, el verano está yendo "sorprendentemente bien" en cuanto a incendios forestales, celebra, con prudencia, César Vicente Fernández, subdirector del Centro Operativo del Infoca en Córdoba, consciente de que las fechas próximas resultan cruciales, pues, a estas alturas del periodo estival, la vegetación se encuentra profundamente estresada. Hasta el momento, se han producido más de una cuarentena de incendios. La mayoría, conatos, que Fernández define como "lo que pudo ser y no ha sido". 

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Eso no quita que sea preocupante. Y, en este caso, el subdirector del centro operativo señala que Córdoba lleva años siendo el primer municipio de Andalucía en cuanto a número de conatos de incendio. "Todos los años hay entre 15 y 20", precisa. Principalmente, explica, se debe a que el término municipal de Córdoba es muy extenso, con vastas extensiones forestales muy continuas y con una característica especial: Una gran cantidad de urbanizaciones en la sierra, lo que para el Infoca resulta un verdadero quebradero de cabeza pues "las personas en el medio natural son riesgo". Fernández insiste e indica que, en un radio de 10 kilómetros en torno al centro de Los Villares, tienen lugar el 40% o 50% de las intervenciones realizadas.

Un megaincendio

La totalidad de los efectivos del Infoca está destinada, durante estos meses de mayor riesgo (desde mediados de mayo hasta octubre) a labores de extinción. Durante todo el día están preparados para acudir a luchar contra el fuego, desde el centro operativo y la red de satélites que componen los cedefos, situados en puntos estratégicos de alto riesgo.

Mientras aguardan a cualquier aviso, llevan a cabo una rutina de continuo acondionamiento físico y formación, tanto práctica como teórica, adaptándose, de esta forma, a los escenarios presentes y futuros en un corto plazo. En ese sentido, desde el servicio de la Junta de Andalucía observan una dinámica tendente a la reducción del número de incendios pero al agravamiento de los mismos. "Personalmente creo que estamos llegando a un nivel basal del que no vamos a seguir bajando, pero llevamos años en los que la superficie se nos ha disparado en Córdoba porque los incendios nos cuesta mucho más atajarlos, se comportan más virulentamente", explica Fernández. Entre los motivos, los años de sequía y el calentamiento global. 

Las predicciones, además, "son muy poco alentadoras si seguimos generando gases de efecto invernadero", lamenta el subdirector del centro operativo provincial. "Vamos a tener cada vez más días extremos" con noches calurosas que limitan mucho la eficacia de los medios, puesto que la noche juega a favor de los efectivos en tierra porque sube la humedad, baja la temperatura, hay menos viento normalmente y la llama se suele comportar mejor. 

Ante este escenario, en el Infoca temen que Córdoba sea víctima de un megaincendio. "Podemos tener un gran incendio, un incendio de 50.000 hectáreas sin problema" debido a las condiciones del término municial, advierte César Vicente Fernández. Eso sería, precisa, como multiplicar por diez el tamaño del reciente fuego de Tenerife. Y lo peor de todo, continúa diciendo, es que "podemos tener también una emergencia muy importante de protección civil por el tema de las urbanizaciones en zonas forestales, que han crecido de forma desordenada y no pueden tener unos niveles de seguridad estándar".

Prevención

Ante esa probable situación, el Infoca se prepara y pretende sumar a ese esfuerzo a la población civil. Recientemente, realizaron un simulacro con el grupo de pronto auxilio Siete Fincas en Trassierra, así como con el 112 y Protección Civil del Ayuntamiento.

Cuenta uno de los principales mandos del Infoca que, cuando el fuego adquiere magnitudes extremas, al nivel de quemarse a 100 metros de distancia aun con los trajes EPI, lo único que les queda es esperar e intentar que no avance por la cola, aprovechándose de las oportunidades que brinde. Por eso, ante esas dificultades cada vez más presentes, consideran fundamental la prevención. La mejor forma de acabar con un incendio es evitando que se origine. En ese sentido, el Infoca ejerce un papel crucial en la creación de una consciencia colectiva alrededor de este tema, fomentando la prevención entre la ciudadanía a través de herramientas como los planes de emergencia, el asesoramiento o la autoprotección.

Asimismo, cuando pasa la época de alto riesgo de incendios forestales, comienzan sus labores de limpieza de los montes públicos cordobeses, que en Córdoba rondan, según el subdirector del centro operativo, las 50.000 hectáreas. El problema son las 600.000 restantes de terrenos forestales, «en la mayor parte son privadas».

Un potente operativo

Llegado a este punto del texto, el lector podría preguntarse: ¿Por qué, pese al gran riesgo y las propicias condiciones, Córdoba todavía no ha sufrido un megaincendio? Para César Vicente Fernández, la respuesta es sencilla. "El operativo de incendios que se montó aquí en Andalucía es con diferencia el más potente de toda España y de Europa, en cuanto a operativos públicos especializados en incendios forestales", dice. Por eso, "la relación entre el riesgo que tenemos en Andalucía, por el clima y la vegetación que tenemos, y el nivel de incendios es mucho menor que otras zonas".

Ese potente operativo no tiene más secretos que una formación continua en busca de la mejora de la eficacia y una cuadriculada coordinación, factores que hacen posible atajar los incendios de una forma eficaz. Ese sistema, comienza en las torres de vigilancia y acaba en el centro operativo, desde donde se coordinan todos los medios de extinción. 

Ojos en la sierra

El Infoca tiene ojos en la sierra, divisando desde atalayas cualquier rastro de humo para dar aviso al cedefo al que pertenezcan. En el centro de defensa forestal, se inicia, al llegar el aviso, la acción denominada ‘despacho automático’ que no consiste en otra cosa que acudir, al instante, al fuego. Entonces, con medios aéreos o terrestres, los efectivos especializados en la extinción de incendios forestales se desplazan hasta el terreno. El tiempo de reacción resulta un factor vital y los cedefos tienen las principales armas para poner el reloj a su favor. 

Luego, la información obtenida llega al centro operativo, desde donde se coordinan todos los medios, haciendo un seguimiento en tiempo real mediante GPS. Aunque puede ocurrir inversamente, que el 112 o un particular notifique una incidencia al centro operativo y sea este el que active al cedefo correspondiente.

Un secreto que comparten desde el Infoca es que cuentan con la ventaja de la información aportada por un equipo de análisis, que envía diariamente predicción de comportamiento de los incendios y la meteorología. Es uno de los aspectos que más avances ha experimentado en las últimas décadas, aunque, por lo general, el subdirector del centro operativo reconoce en se ha avanzado mucho en la calidad de los medios. Con toda esa preparación, haciendo uso de los medios a disposición, solo queda una cosa: "Atacar rápido".

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