Diario Córdoba

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Casco histórico

La esperada restauración del retablo de la calle Lineros comienza en septiembre

Está previsto que finalice a final de año y que recupere "la autencidad" que le dieron los vecinos en 1801

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Imágenes del ayer del altar de San Rafael de la calle Lineros DC

Con algo de retraso sobre lo previsto, por fin comenzarán los trabajos de la última fase de la restauración del retablo de la calle Lineros, una esperada rehabilitación que comenzará en septiembre y estará concluida a final de año, ya que se trata de un contrato menor y, por tanto, mucho más ágil, con un presupuesto de 41.163, incluido el IVA, . Tras el soterrado del cableado que rodeaba esta pieza histórica, fechada en 1801, y la retirada de los tres lienzos que contenía para su restauración, el proceso entra en su tercera fase con la adjudicación de la obra, cuyo plazo de licitación finaliza el próximo jueves. De esta forma, se espera que a principios del próximo mes comience la ejecución de estos trabajos.

Así lo ha explicado este viernes la delegada municipal de Casco Histórico, María Luisa Gómez Calero, que ha asegurado que este “rincón de la ciudad quedará con el esplendor que debe tener”. La pieza original mostraba una imagen de la Virgen de Linares,  pero fue destrozada y los vecinos decidieron entonces comenzar a recolectar fondos para construir un nuevo altar callejero. Los trabajos fueron encargados al artista baenense  Antonio María de Monroy, quien realizó una pintura más grande en el centro dedicada al arcángel San Rafael, mientras que a los laterales dedicó dos más pequeños: a la izquierda situó el cuadro de San Acisclo y a la derecha de Santa Victoria, patronos y mártires romanos de Córdoba, así como la nueva imagen de la Virgen de Linares en la hornacina inferior, obra de Leandro Cano, que después fue sustituida por la Virgen de la Cabeza. Al cabo de unos años, las pinturas de Monroy fueron cambiadas por nuevas realizadas por Enrique Romero Pellicer, hijo de Julio Romero de Torres.

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Imágenes del ayer del altar de San Rafael de la calle Lineros DC

Conservación preventiva

“Esas iniciativas populares tienen mucho peso para que sintamos la obligación de realizar un seguimiento de conservación preventiva que queremos hacer con este tipo de inmuebles y se conserven lo mejor posible”, ha asegurado la concejala, que ha estado acompañada de la arquitecta municipal Rosa Lara, que ha explicado que el proyecto fue encargado a la restauradora María Ruiz Gutiérrez, que ha realizado el estudio histórico del retablo.

Lara ha explicado que tras la reposición de los cuadros por parte de la familia Romero de Torres, en los albores de la República esta pieza vuelve a sufrir el vandalismo y lo que “hoy nos llega es una obra de 1937 de Rafael Díaz Peno, autor de las pinturas y de aquella restauración".

A lo largo del siglo XX la pieza se ha ido deteriorando y la siguiente actuación que se hace sobre ella fue la de 1997, cuando los alumnos de la escuela taller de la Diputación realizan una nueva restauración, una actuación que "barroquiza" la pieza, originalmente neoclásica.

Con el actual proyecto de restauración se pretende “hacer una limpieza y un estudio en profundidad de los materiales para ver si hay huellas del pasado y, a continuación, consolidar la estructura”, ha explicado Rosa Lara, que añade que después se trabajará en afianzar el soporte, para continuar con la capa decorativa. También está previsto reponer los faroles. Por otro lado, Lara ha indicado que los cuadros ya ha sido restaurados, un trabajo realizado por el especialista Alex Moreno, y ahora se está a la espera de la decisión de la Consejería de Cultura sobre la ubicación de estas obras, que el Ayuntamiento propone exponer en otro lugar y que en el retablo luzca una reproducción, con lo que se conseguiría que no se vuelvan a estropear. En cuanto a la hornacina que ocupó la Virgen de Linares, después sustituida, también se pretende lo más posible que vuelva a su estado original y “a esa autenticidad que le dieron los vecinos que se preocuparon de recuperar”.

En términos generales el estado de conservación se encuentra en un punto ya peligroso para su propia integridad. El deterioro y envejecimiento natural de los materiales que componen el retablo, la exposición continua a los agentes atmosféricos, las desafortunadas acciones devocionales, los incorrectos retoques bienintencionados, sin descontar las acciones incívicas, ha ido configurando un aspecto decadente y de abandono urgente para solventar.

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