Las Cruces de Córdoba encaran este domingo su recta final con la misma alegría y ganas de fiesta a su alrededor que en días anteriores, y en esta cuarta jornada de esta popular tradición, ausente durante dos años, cordobeses y turistas de todas las edades han vuelto a encontrarse entre sevillanas, rumbas, rebujitos y toda una amplia gama de la gastronomía más popular. El ambiente por sí solo confirma lo que algunos de los responsables de estas instalaciones floridas dicen: la fiesta está “mejor que nunca” y se han superado las expectativas, tanto de las hermandades y colectivos organizadores, que vuelven a recuperar una de sus grandes fuentes de ingreso, como las de los ciudadanos.
Las instalaciones ganadoras del concurso municipal han sido algunas de las más concurridas, sobre todo por los visitantes, que, mapa en mano, buscaban sus lugares de ubicación para comprobar porqué han sido reconocidas este año en el popular certamen. Y una de ellas ha sido la de la hermandad del Huerto, instalada en la plaza de San Francisco, donde dos de los miembros de su junta directiva, José Joaquín Cuadra y Francisco Castaño, se han mostrado “muy felices” por el galardón recibido. “Este premio es el colofón a mucho trabajo pensando en esta fiesta, y este año se nota que la gente tenía muchas ganas de Cruces”, ha asegurado Castaño, mientras Cuadra ha agradecido “la paciencia” de los ciudadanos, que han tenido que guardar largas colas para acceder a los tickets de compra, y “sus ganas de participar pacíficamente en la fiesta, porque este año hemos notado una total ausencia de discusiones”.
Patrimonio y fiesta
La zona del casco histórico ha sido una de las más demandada por los turistas, ya que “aquí se junta todo, fiesta, historia, arte y el rico patrimonio del que goza esta ciudad, no se puede pedir más”, señalaba Raquel, una madrileña que jamás pensó que el mayo cordobés se vivía de esta manera. “Y esto acaba de empezar”, decía junto a ella Susana, su anfitriona, que también celebraba esta vuelta a “la normalidad”.
Al otro lado del casco histórico, en la Axerquía, las instalaciones que salpican la zona despertaron un poco tarde, pero en un visto y no visto han comenzado a recibir grupos de amigos y familiares en busca de diversión, “que mañana no trabajamos y hay que aprovechar este ambiente tan maravilloso”, decía Paco mientras luchaba por llegar a la barra en el recinto de la calle Queso.
En la plaza de San Agustín, la cruz instalada por la hermandad de La Borriquita rebosaba de gente a eso de las 15.00 horas. Allí, Nicolás Castillo, uno de los responsables, reconocía que la fiesta “está resultando mejor que en años anteriores” y, económicamente hablando, “no sé si haremos el agosto, pero, aún sin hacer números, creo que el resultado será bueno”.
De la misma forma se ha expresado Rafael Moreno, hermano mayor de la hermandad de las Penas de Santiago, cuya cruz se instala en la plaza de San Andrés, que ha subrayado que “la gente tenía muchas ganas de Cruces, de mayo y de retomar nuestra normalidad”, además de mostrarse muy satisfecho del resultado económico, porque “para las hermandades volver a tener esta fuente de ingresos es muy importante y este año se está dando muy bien”. “Ni siquiera cuando se corta la música, de 17.00 a 20.00 horas, el público abandona la cruz”, ha resaltado Moreno.
La antesala del mayo festivo cordobés finaliza este lunes 2 de mayo a las 16.00 horas, pero tomarán el relevo la Batalla de las Flores y el Festival de Patios. La fiesta no para en Córdoba.