El Colegio Santísima Trinidad de los Trinitarios conmemora los 50 años que han pasado desde que el padre Manuel Fuentes pusiera todo su empeño en transformar el Convento de los Trinitarios en un espacio educativo abierto a los vecinos del barrio de Levante. Desde unas pocas habitaciones convertidas en aulas y un patio con huerto, a una institución con 700 alumnos y 50 profesionales que se ha posicionado como referente de educación en valores para la ciudad de Córdoba.

Los actos conmemorativos de esta celebración, bajo el lema 50 años educando para la libertad, comienzan esta tarde con un encuentro institucional al que están invitados los secretarios nacional y autonómico de Escuelas Católicas, así como antiguos alumnos, directivos y personalidades del barrio. Durante el año lectivo, se sucederán las conmemoraciones entre actividades deportivas, culturales y religiosas. El 13 de febrero, la tradicional carrera popular que cada año llevan a cabo los alumnos del centro se convertirá en un memorial a Adolfo Rivera, junto con el memorial al padre Manuel Fuentes en las jornadas de fútbol sala, el 26 de marzo, en las que participarán equipos de otros centros escolares. A las eucaristías extraordinarias o al concurso de christmas navideños que se organizará en colaboración con la hermandad del Cristo de Gracia, se suma un perol de convivencia en mayo junto con antiguos alumnos, aunque desde la organización no quieren ser demasiado optimistas por si el covid obligase a cancelar alguno de estos eventos.

Puerta principal de Trinitarios, en una foto de archivo. CÓRDOBA

«Diría que el espíritu de este colegio es que es alegre, vivo y abierto al barrio y a la ciudad, ya que sus puertas están abiertas todo el día para quien nos necesite», cuenta José Luis Obispo, el director de Trinitarios, quien incide en que, pese a las auditoría interna que llevarán pronto a cabo para mejorar respecto a las Tecnologías de la Información y la Comunicación, no van a dejar de lado el espíritu de esfuerzo y ayuda a la comunidad de sus comienzos. De esto puede dar fe Lourdes Carmona Fernández, profesora y directora pedagógica quien, tras 25 años, ha asistido a la transformación digital de la institución, así como a la intensa colaboración de la misma con Proyecto Hombre; con la Casa de la Libertad, espacio de acogida para personas sin hogar, y con el Comedor social San Juan Bautista de la Concepción. «Los estudiantes han aprendido a comprometerse; los alumnos de dieciséis años se organizan para ayudar en el comedor social un recreo a la semana», explica la docente, quien recuerda que «aunque el colegio sea humilde y se ubique en un barrio obrero, tiene un profesorado implicado, ya que no todo es el dinero».

Antiguos profesores y personal de la institución educativa. CÓRDOBA

El pasado marzo, el proyecto Animarte, llevado a cabo por la clase de tercero de ESO en apoyo a los niños hospitalizados con cáncer, le valió a la institución el reconocimiento a la excelencia académica otorgado por la Fundación Gala de Acción Social y la Asociación Española de Escuelas de Negocios. Todo surgió porque una de las compañeras fue capaz de superar un linfoma. Fue el resultado del sentimiento de familia que une a los integrantes, más allá de sus objetivos académicos.

La voluntad de hacer llegar una educación de calidad a todo el mundo, siempre en el respeto de la igualdad dentro de la diferencia, se percibe en las becas aportadas a las familias y a iniciativas como la tienda solidaria, en la que los alumnos donan los uniformes y material de cursos anteriores a los compañeros que no pueden permitírselo. Acciones complementarias con el respeto al medio ambiente, a través del huerto ecológico del patio, y los programas saludables en los que reparten fruta a las clases para concienciar de la importancia de una buena alimentación.

Puerta principal de Trinitarios, en una foto de archivo. CÓRDOBA

Junto a los proyectos de inmersión lingüística aportados por el Ministerio de Educación, la tecnología se cuela en las aulas desde edades tempranas, con pequeños robots que los alumnos deben programar, a partir de comandos sencillos, para aprender el ciclo del agua. La asimilación de la robótica es fundamental para la adaptación al mundo de las futuras generaciones, pero qué será de ellas sin conocer las diferentes realidades humanas que pretende mejorar el avance tecnológico. Es una condición que Trinitarios llevará siempre por bandera.