Vecinos de la barriada periférica de Alcolea, en Córdoba, han vuelto a exigir una vez, en esta ocasión con una concentración, la construcción del nuevo puente. La pasarela, reivindicación que lleva reclamando este distrito alrededor de diez años, daría acceso a las parcelaciones de Encinares de Alcolea y El Sol y restaría el uso del puente actual, en muy mal estado.

Según la presidenta del consejo de distrito de Alcolea, Irene Ruiz, se trata de un proyecto más que el barrio tiene pendiente y sobre el que no se dan explicaciones desde la administración, todo ello "pese a las innumerables promesas" sucedidas a lo largo de estos años y teniendo en cuenta que existe un proyecto técnico realizado por parte de la Diputación de Córdoba.

Ruiz ha insistido en que no se trata de una reclamación "baladí", sino muy necesaria, porque el puente actual "no reúne las condiciones óptimas" siendo el único acceso a muchas de las parcelas de la zona y soportando un gran tráfico rodado diario, incluyendo transporte escolar, además de peatones y bicicletas.

"Podría suceder algo lamentable", ha advertido la presidenta del consejo de distrito, que ha reclamado a la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) que "se deje de promesas y se ponga manos a la obra". Ruiz ha recordado que en un principio se acordó una partida inicial de 200.000 euros, cantidad que los vecinos consideran insuficiente si se tiene en cuenta que esta infraestructura costará más de un millón de euros.

Según Ruiz, desde Urbanismo se les ha señalado en alguna ocasión que el puente nuevo podría ser una realidad entre los ejercicios 2021 y 2022, aunque los residentes de la zona no confían en ello viendo cómo está la situación actualmente. "Dudo mucho que ni en este año ni en el que viene se quede construido", ha lamentado esta representante vecinal, máxime cuando sería necesario expropiar terrenos, un procedimiento que requiere de muchos trámites administrativos.

Ruiz ha lamentado que la administración "no mueve ficha ni da la cara" y ha criticado que el actual equipo de gobierno "no responde a la ciudadanía", tan siquiera para mantener una reunión. Con todo ello, los vecinos han insistido en que hay muchas familias "que viven con miedo cada vez que sus familiares tienen que bajar o subir" por el puente, una necesidad, ha sentenciado, "no solo como infraestructura, sino también de seguridad".

Además de los vecinos de la barriada, en la concentración que ha cortado el puente actual también han estado los concejales del grupo municipal de IU en el Ayuntamiento Pedro García y Amparo Pernichi.

A Urbanismo le sorprende la protesta

Por su parte, el presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU), Salvador Fuentes, ha mostrado su sorpresa por esta concentración, dado que, ha asegurado, los vecinos conocen perfectamente el cronograma de actuación para poner en marcha la infraestructura.

Según ha detallado Fuentes, él mismo participó de las asambleas de Encinares de Alcolea y El Sol, y también se ha reunido con vecinos de la Valenzoneja (la otra zona de parcelas incluida) para explicarles los pasos que va a seguir Urbanismo y los que ya se han dado.

Concretamente, sobre la mesa ya están los expedientes de expropiación y también existe presupuesto, tanto para dichas expropiaciones como para hacer el puente. "Por primera vez en décadas" ambas cosas están definidas, ha defendido el presidente de la Gerencia, que ha recordado que el proyecto a ejecutar lo hizo un técnico de la Diputación, cuesta más de un millón de euros, pero se eligió este por ofrecer una curva más amplia y, por lo tanto, un trazado más seguro.

Por todo ello, Fuentes ha lamentado, al tiempo que ha mostrado su sorpresa, que los vecinos se manifiesten ahora que saben que el proyecto va en buen camino y se ha preguntado si todo esto es "partidismo", teniendo en cuenta que cuando gobernaban PSOE e IU este tipo de protestas no se dieron.

El proyecto

En cuanto al proyecto, fue redactado por el arquitecto de la Diputación Mateo Navajas en el 2018 y ahora ha sido asumido por Urbanismo, porque "es un buen proyecto y entendemos que se puede hacer", como ha señalado Fuentes. El nuevo puente vendría a paliar el problema actual que reside en que solo hay una pasarela, declarada además Bien de Interés Cultural.

El puente actual tiene una calzada estrecha por la que solo cabe un vehículo. La solución adoptada por Urbanismo es la construcción de un nuevo puente con una anchura de diez metros, que permite la doble circulación, y una longitud de 41,35 metros sin apoyo intermedio.